VISITACION DE DIOS EN PANAMA

Por Roberto a. Miller

 

ACONTECIMIENTOS EN PANAMÁ 1992

 

Recibimos una invitación para ir y hablar en una conferencia que estaban planeando para dos mil personas o más, muchos de los cuales serían pastores de diferentes denominaciones. Iban a tener muchas reuniones durante el día y una campaña en un estadio al aire libre por la noche con siete mil o más personas durante siete días.

El tema para las reuniones por las noches iba a ser «Panamá para Cristo « y los mensajes de las reuniones por la mañana iban a ser dirigidos a pastores y obreros. Después de mucha consideración y oración, sentimos que era la voluntad del Señor ir. Una gran batalla siguió después de esta decisión, en la que fuimos atacados por todos lados. La presión aumentaba cada minuto. En muchos momentos estábamos listos a claudicar y estábamos tentados a cancelar el viaje. .....¡lo que hubiéramos perdido! .....

En nuestra iglesia situada en Atlanta durante nuestra estadía allá, se oraba cada día delante del trono. Por otro lado...en Argentina, los hermanos de las iglesias Peniel, también estaban orando. En Panamá...anteriormente a esta campaña, los pastores de todo el país habían estado en ayuno y oración. Al final un gran número de obreros y el pastor se encerraron en la iglesia, día y noche, por varios días, orando y ayunando para que Dios mueva. La esposa del pastor estaba aparte con muchas personas importantes de la ciudad por varios días ayunando y orando. Nosotros partimos en la mañana del 8 de febrero de 1992, llegando en Panamá esa misma noche.

Llegamos al cuarto en el hotel, y me puse a mirar por una ventana la ciudad de Panamá toda iluminada. En ese momento, la Presencia del Señor inundó mi corazón. Su Presencia y poder permanecieron sobre mí, casi constantemente aún durante la noche. Por los siguientes siete días, me sentí elevado a altas esferas espirituales y proféticas. Estaba tan consciente de que había una ventana abierta en lo invisible; lo único que necesitaba era dejar fluir su río y luz. Panamá había experimentado un poderoso avivamiento que juntó muchas almas. Varias veces en el año, el Pastor Edwin Alvarez había tenido campañas, junto con otros hombres de Dios, en grandes estadios, y los llenaban. Los milagros, liberaciones, sanidades y experiencias de salvación fueron demasiados para enumerar. El poder de Dios fue manifestado.

Ellos son dueños de tres estaciones de radio, durante 18 horas por día irradian sus propios programas. Su iglesia tiene más de cuatro mil miembros y es una dinámica expresión de los avivamientos que el país ha vivido. Esto ha dejado definitivamente una ventana abierta en los cielos. El siguiente día era domingo y me pidieron que hablara en la reunión de la mañana. Yo no sabía que la reunión iba de ser transmitida por radio a todo el país. La reunión empezó con hermosas canciones de alabanza después de las cuales comencé a hablar. La expectativa era tan fuerte en todo el lugar que se podía sentir. El Señor derramó una elevada unción sobre la predicación de Su palabra. El tema para ellos era nuevo, pero el hambre para las cosas del Señor pudo superar sus inquietudes. Una atmósfera de admiración y meditación quedó al terminar esta primera reunión. Estaban asombrados, sin respuestas en sus mentes, reflexionando sobre el amor de Dios, el cual habían ecuchado que podían dirigir en diversas direcciónes. Esto marcó el comienzo de esa gloriosa semana que iba a continuar.

El día siguiente fui llamado para una entrevista radial al mediodía. En unos de los momentos de la entrevista se habló del mensaje del domingo. El pastor aún lo estaba meditándo. Sus palabras fueron: "Ese mensaje tendremos que ponerlo en el aire una y otra vez porque es un mensaje nuevo para nosotros". Esa tarde era la primera reunión de la campaña. José Satirio Do Santo, misionero de Brasil a Colombia, era el orador. Su mensaje fue claro y profético para toda la semana. Su tema era "No apagues el Espíritu Santo ni rechazes sus palabras por más fuertes que ellas sean". Parecía extraño para todos nosotros que Dios diera una palabra como ésta para abrir una campaña evangelística. Sin embargo, Dios no parecía tener problema. Enseguida nos dimos cuenta que esta palabra era una preparación para los días siguientes.

Empezando desde ese mensaje y durante la noche el Señor trató conmigo. El me dijo que lo que me había traído para hablar iba a producir un shock en las mentes y corazónes de Su pueblo. No me habia mandádo allí para mi propio honor, sino solamente como una boca a través de la cual El podría hablar. Toda esa noche las palabras de Oseas quemaron en mí corazón, «Dile a ella que no es mi esposa...ella está enamorada de otro» A la mañana siguiente yo no sabía que la reunión iba a ser transmitida a todo Panamá. Desde el momento en que empecé a hablar me di cuenta que no era yo, sino el profeta Oseas por medio del Espíritu Santo, proclamando a través de mis labios el mensaje a Su pueblo en Panamá. Su profecía iba a dejar un profundo impacto sobre todo el país. Yo no podría enfatizar suficientemente cuánto parecía que el Espíritu Santo mismo hablaba a través del profeta Oseas.

Su mensaje fue éste: OSE 2:1 "Decid a vuestros hermanos: Ammi; (Mi pueblo) y a vuestras hermanas: Ruhama, (aquellos que han obtenido misericordia) OSE 2:2 Contended con vuestra madre (los MINISTROS de hoy), contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido: aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios..."

OSE 2:3 no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca y la mate de sed. OSE 2:4 Ni tendre misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución...(un amorío de otro). OS 2:5 Porque su madre (pastores, líderes) se prostituyó; la que los dió a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida...(Dones y provisiones de Dios por medio de los ministros). OSE 2:6 Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos (AFLICCIONES) y la cercaré con seto (MURO), no hallará sus caminos. OSE 2:7 Y seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará: entonces dirá: Iré y me volveré a MI PRIMER MARIDO; porque mejor me iba entonces que ahora.

OSE 2:8 Y ella no reconoció que YO LE DABA....EL TRIGO, (comida espiritual) y....EL VINO, (gozo y alegría) y ....LA PLATA (la redención) y ...EL ORO (la justicia) que ofrecían a Baal (otros DIOSES) OSE 2:9 Por tanto, yo volveré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino (las coberturas) que había dado para cubrir su desnudez. OSE 2:10 Y íAHORA DESCUBRIRE YO (revelar, traer a la luz) [como los muchos de los ministros de nuestros días] su locura delante de los ojos de sus amantes (la iglesia), y nadie la librará de mi mano. OSE 2:11 HARE CESAR todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades....(las actividades religiosas)

OSE 2:12 Y HARE TALAR sus vides (la iglesia, su fuente de gozo) y sus higuera....(plentidud de fruto), de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dad mis amantes (sus reinos): Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. OSE 2:13 Y la CASTIGARE por los días en que incensaba a los baales, (adoraba) y se adornaba (la justicia aparente) de sus zarcillos (tipo de rendición) y de sus joyeles, (tipo de dignidad) y se iba tras sus amantes, y se olvidaba de mí, dice Jehová. OSE 2:14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

OSE 2:15 Y le daré sus viñas (la iglesia, lugar de plenitud de fruto) desde allí,...(el desierto) el valle de Acor (la valle de aflicción) por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. OSE 5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado, y busquen mi rostro: en su angustia me buscarán. OS 2:16 En aquel tiempo, dice JEHOVA, me llamarás Ishi (mi esposo) y NUNCA más me llamarás Baali....(OTRO DIOS) OSE 2:17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales (maestro, dueño, señor) y nunca más se mencionarán sus nombres. OSE 2:19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en.. (a) justicia, y (b) juicio, y (c) benignidad, y (d) misericordia. OSE 2:20 Y te desposaré conmigo (e) fidelidad; y CONOCERAS A JEHOVA.

Este era el lamento del Señor sobre su amada iglesia. Su pueblo no estaba más enamorado de El, pero El iba a tornar su corazón. Se podía oír un alfiler caer al piso en ese gran auditorio completemente lleno. Normalmente habría mucho moviento, pero esa mañana durante el mensaje la gente estaba como estatuas. A la conclusión de la palabra, la presencia de Dios se sentía tan fuerte que cientos estaban llorando aún antes de que el llamado al altar fuera hecho. En la estación de radio las noticias eran que la gloria de Dios estaba cayendo sobre toda la ciudad y el interior del país. La gente en la fábricas a la hora del almuerzo empezaban a llorar, dejaban su comida sobre la mesa y espontáneamente rompían en lágrimas.

Un pastor del interior y su esposa, quienes no pudieron estar en la conferencia, estaban escuchando el mensaje por radio; se tomaron de las manos y cayeron sobre el piso y empezaron a llorar. Decian ellos: «Era como que sentían el dolor en el corazón de Dios». La gente en sus hogares experimentaban el mismo fenómeno. Verdaderamente Dios había venido y estaba llamando a Su pueblo a Sí mismo. Al final del mensaje la gente vino adelante para arreglar su vida con Dios, obreros y pastores también. La Presencia del Espíritu Santo era tan poderosa, que no podían muchos estar de pie. Un jóven más tarde nos dijo que había venido a la reunión pensando que él no iba a caer bajo el poder del Espíritu, nadie iba a tirarlo al suelo.

Pero la convicción del Espíritu Santo fue tan fuerte sobre él después del mensaje que se encontró a sí mismo caminando hacia el frente, pero no llegó. Fue tirado al suelo en el pasillo por el poder de Dios. Allí trató en vano de levantarse y finalmente se rindió al Espíritu Santo. Llorando se arrepintió delante de Dios. Muchos experimentaron la misma cosa. Todos nosotros, llegamos a la conclusión de que estábamos en el comienzo de lo que iba a ser una verdadera visitación soberana de Dios.

El miércoles por la mañana Satirio Do Santo, un misionero de Brazil, en Colombia, empezó a dar su testimonio. Aunque el tiene un testimonio espectacular, Dios le pidió que compartiera solamente las visisitudes en la preparación de un hombre de Dios. Con sencillez y humildad, que muy pocas veces he prensencíado, nos contó acerca de las penalidades de su vida pasada. El énfasis para todos nosotros fue claro: 1) Dios no puede usar a alguien que es grande en sus propios ojos;. 2) la preparación de un hombre de Dios incluye mucho sufrimiento, aflicción, pena y persecución. Se hablo más tarde de cómo Dios tómo 40 años en el lo más remoto del desierto para preparar a Moisés para su gran ministerio.

Cómo primero tuvo que cuidar las ovejas de su suegro. Que si somos fieles en lo que pertence a otros nos será dado lo que es nuestro. También se nos destacó la vida de José, quien Dios permite llegar a ser gobernador, no no sin pasar por terribles penas y sufrimientos. A la luz de este gran precio para una vida rendida a Dios, el aura del ministerio y el servir a Dios quedó ciertamente bajo sombra. Hubo un llamado al altar para obreros y pastores de esta conferencia, que habían venido de las más remotas y pobres villas del interior de país, cuyas obras eran difíciles y desanimadoras. Docenas de ellos vinieron adelante para encontrar al Señor. Eran ministrados, uno por uno. El Señor derramó aguas sobre estas secas y sedientas almas.

Un rayo de esperanza brotó en sus corazones. Posiblemente las terribles circunstancias por las cuales estaban pasando era parte de un plan. Quizás esta preparación en sus vidas, aunque terrible, tenía al final un propósito de bendición para otros. Este fué un tiempo precioso de sanidad dentro de cada alma. Luego, esa tarde, mientras comíamos en la casa de un doctor creyente y su esposa, la conversación fue alrededor del mensaje de Oseas transmitido por radio el día anterior. Muchas más noticias llegaron de lo que había pasado alrededor de la ciudad a medida que escuchaban este mensaje. Todos compartíamos acerca de ello.

Recuerdo que estaba profundamente tocado. Me maravillaba por la gracia de Dios manifestada sobre este país cuando de pronto, sin previo aviso, me encontré en el espíritu...podía escuchar la primera y segunda persona de la Trinidad que conversaban. Antes de que me pudiera dar cuenta de lo que estaban diciendo, estaba de vuelta comiendo con los demás, pero ahora sin apetito. Sus conversaciones eran extrañas para mí. Todo lo que podía pensar era...necesito volver al hotel. Tenía el presentimiento de que esta experiencia no había terminado. Rápidamente llegamos al hotel y apenas pasé la puerta estaba otra vez en el mundo espiritual.

Me ha pasado asi en otras ocasiones. Recuerdo una vez en Lules, Tucumán, Argentina, estaba sentado en la fila de bancos de adelante en la congregación, antes de comenzár el culto, de pronto me encontre en el mundo del espíritu, fui llevado al infierno, vi y oí cosas terribles. Luego volvi en mi mismo, el pastor Lacovara que estaba junto a mí, me codió: "¿Dónde te fuiste?, estabas blanco como una sabana.....Le dije dónde había estado....su respuesta no me la olvido. "¿No estarás por predicar eso no?»...Para suerte de ellos no lo compartí esa noche. El mundo del Espíritu es más real que el nuestro. Es en ese mundo en el que me encontraba nuevamente, las palabras eran claras y precisas. Lo que pasó no voy a contar, pero me fue dicho que escribiera la conversación que había escuchado. Yo empecé a escribir sobre papel tan rápido como mis manos pudieron escribir. Por momentos mis dedos se cansaban y otras veces no podía ver el papel por mis lágrimas.

Esto continuó hasta la reunión. La reunión de la noche tenía un énfasis totalmente evangelístico. El Espíritu del Señor en un momento en la reunión vino sobre Edwin Alvarez. El empezó a temblar, patalear y bailar. Los cinco minutos siguientes nos sentamos asombrados contemplando lo que parecía ser un tipo de danza de guerra india. Era como si él estuviera pisando sobre serpientes.... y eso era. Siguiendo a la danza, comenzó a declarár una palabra de fe. Esto inmediatamente libró algo en lo invisible, porque desde ese momento en adelante había una dinámica operación de poder presente, por el resto de la reunión. Satirio Do Santo predicó un corto mensaje de fe y oró por los enfermos. Había mucha gente que vino por salvación seguido por testimonios del poder de Dios en sanidad esa noche.

Luego de finalizada la reunión fuimos a comer a un restaurante con Satirio Do Santo quien se iba a ir el próximo día. El había sido el pastor de una iglesia grande en Brazil. El Señor vino un día y le dijo que tenía una obra para que él hiciera en Colombia. En ese momento lo llevó en espíritu y se encontró en un lugar montañoso, después en una pequeña ciudad en las alturas de Colombia. Allí fue recibido por el ángel de la ciudad que le dijo: «Eres muy bien venido aquí. Hemos estado esperando que vengas. Hay muchas iglesias en esta ciudad pero ninguna complace al Señor. Este va a ser tu próximo lugar de ministerio». El ángel entonces lo llevó a una casa. Después de entrar comieron un bocado juntos. El ángel entonces le dijo: «Esta va a ser tu residencia». Después de esto se encontró a sí mismo volviendo velozmente a su cuerpo en Brazil. Entró en su cuerpo y permaneció en oración un tiempo. No le dijo nada a nadie por varios días, mientras tanto, el Señor habló a su esposa diciendo: «Los voy a mandar a Uds.como misioneros a Colombia: prepárate». Luego, en una conversación sobre el asunto descubrieron que el Señor les había hablado independientemente a los dos.

Con seguridad se cumpliría los dicho. ¿Como irían? Ellos no tenían nada de dinero, no conocían el idioma, no sabían el nombre de la ciudad. Todo lo que sabían era que irían a Colombia. Un año más tarde ellos partieron. Les llevó varios meses cruzar la selvas amazónicas. Esto de por si es otro relato de la milagrosa providencia de Dios. Llegaron por fin a Colombia. Allí estaban agotados, sin dinero, sin comida, sin conocer a nadie, con su señora y tres hijos pequeños. Al día siguiente fue a arreglar sus papeles a la oficina de inmigración, sólo para enterarse de que se había tomado tanto tiempo para llegar allí y encontrar que su visa había expirado.

Los empleados de la oficina actuaron sin misericordia para con él. No quisieron escucharlo en cuanto a darle una extensión, pero sí le dieron 24 horas para salir del país. Esa noche estaba demasiado cansado para orar o siquiera pensar. Miles de pensamientos atravesaron su mente. ¿Era Dios? ¿Se había equivocado? ¿Estaba volviéndose loco? Con todo esto circulando en su cabeza se quedó dormido. Se revolvía, se daba vueltas, gimiendo en sus sueños. A mitad de la noche él oyó a alguien abrir la puerta y entrar. De pronto toda la habitación se iluminó. Era Cristo mismo. Puso su mano sobre su cabeza y dijo: "Paz". Era como oro líquido que recorrió su cuerpo, le vino sanidad y fuerza. El Señor le dijo que El había arreglado todo en la oficina de inmigración y que vaya al mismo lugar por la mañana. Le dijo también el nombre del pueblo que El le había mostrado: Cucuta. Después de decirles muchas otras cosas...se fue.

A la mañana siguiente Satirio se levantó temprano y fue a la oficina de inmigración donde le recibieron muy amablemente. No tuvieron problemas en darle una visa permanente o cualquier cosa que el quisiera. El Señor había obrado un milagro. Más tarde ellos mirando un mapa, encontraron la cuidad de Cucuta y se encaminaron hacia ella. Cuando iban llegando, Satirio se detuvo en la entrada de la ciudad y se quedó asombrado. La hora del día era exactamente la misma que cuando el estuvo allí en el Espíritu. Las sombras que los edificios dejaban sobre el suelo eran exactamente idénticos a como el los había visto. La ciudad era identica al lugar en el cual el había estado antes en el espíritu. Caminando un poco más en la calle vio un cartel " para alquilar» enfrente de una casa. Mirando más de cerca vio que era la misma casa en la cual había estado con el ángel, donde ellos habían comido y compartido juntos. Las cosas se produjeron de manera que esa casa fue su residencia por muchos años. Pasaron por una larga y dura batalla. Tuvieron muchas cosas que vencer, pero hoy ellos tienen una iglesia que está llegando a más de siete mil personas. Tienen ya varias estaciones de radio y la ciudad está encendida para Dios.

Cuando finalmente terminamos este hermoso tiempo de comunión era pasada la medianoche. Cuando volvimos al hotel yo no pudia dormir. Estaban ocurriendo tantas maravillas. Mientras estába meditando, la presencia del Señor se acercó y empezó a hablarme: "Prepara todas estas notas que estábas escribiendo porque mañana las darás, y hablarás en el nombre de mi Padre". Instantáneamente me quedé despejado. Durante esa noche escribí el mensaje.

El jueves por la mañana llegué al gran salón de cultos, justo antes que me tocaba hablar. En el momento en que subí a la plataforma el Señor me habló y me dijo que orase por la mujer que dirigía las canciones porque El tenía una palabra para ella. Me arrimé a ella y comenzé a orar. Me encontré profetizando acerca de cosas en su vida experimentadas en su niñez. Dios le dijo que todas las cosas espantosas que le habían sucedido eran parte de Su plan para su vida. Había sido llamada en el horno de aflicción y allí Dios había formado un corazón quebrantado. A través de estas heridas fluirían ahora sus unciones. El la iba a usar ahora en una nueva manera. Alli Dios la tocó. Ella cayó al piso sobre su rostro con ensordecedores gritos. Después rompió a llorar. Como un shock eléctrico conmocionó el edificio y en ese mismo instante la santa Presencia de Dios el Padre bajo sobre cada uno.

Su Presencia es totalmente diferente de la comandante, autoritária, y creativa presencia del Hijo. Es absolutamente diferente a la dulce, poderosa, convincente y sanadora presencia del Espíritu Santo.Cuando El Padre está presente hay una manifestación de luz, fuego, santidad y temor. Ni alabanzas, ni canticos, ni palabras pueden expontáneamente brotar de los labios, como pocos días antes habíamos experimentado con la presencia del Espíritu Santo. En cambio, el aire parecía tan pesado que apenas podíamos respirar. Dentro de la iglesia podíamos ver personas caer, otro tirarse de cara sobre el piso de concreto, llorando. Ocasionalmente podíamos oír las palabras «Santo, Santo, Santo» Yo empecé a hablar, y las primeras palabras fueron: 'El lugar donde estás parado es tierra santa. Quita los zapatos de tus pies, prepára el corazón, permanece en silencio, El Padre va a hablar". Un santo silencio y absoluta disciplina reinó en el ambiente. Como una nube pesada vino sobre todos. Los sentimientos estaban muy mezclados. Respeto, temor, horror, asombro expectación, todo era uno. La santidad del Padre era como un peso aplastante. ¡Todo el mundo se sacaba los zapatos! Pies descalzos se veian por todos lados.

Esta Presencia permaneció por las siguientes dos horas...Durante ese tiempo El habló... escuchamos las palabras de una íntima conversación entre Cristo y Su Padre que el día anterior, habia yo oido en el mundo del espíritu. (VER PROFESIA PANAMA)

Estas palabras fueron transmitidas por radio a todo Panamá. Tan profundo fue el impacto que estas palabras dejaron sobre todos, que decidimos hacer disponible el mensaje por escrito en español e íngles para todo el Cuerpo de Cristo. El viernes Eduardo Cañas era el orador. El es el principal de Las Asambleas de Dios en Colombia y pastor de una iglesia grande con varios miles de miembros. El se levantó y predicó un mensaje a la iglesia. Exhortó a la gente a rendir sus vidas a Dios y presentar el templo de sus cuerpos como sacrificio vivo porque Dios estaba buscando vasos que podía preparar y usar.

Cientos de personas vinieron al altar a rendir sus vidas a Dios. La unción era muy fuerte sobre este gran auditorio. El Hno. Cañas en determinado momento durante el llamado al altar dijo: "En unos pocos minutos, el fuego va a bajar y va a marcar a aquellos que verdaderamente están rendidos como una señal para Uds..» Momentos más tarde había una manifestación de fuego y poder. Personas en medio de gritos y llantos, como estando en fuego, gente empezaron a caer bajo el poder del Espíritu Santo por todo el edificio.

Después él dijo: "Hay una persona aquí que está resistiendo al Espíritu. Dios te ha llamado en tiempos pasados pero deliberadamente te has rebelado. Si tu vienes ahora aquí voy a orar por ti". En unos pocos minutos un hombre vino temblando incontrolablemente a la plataforma y se paró al lado de él. El pastor se dio vuelta y le dijo algo, con esto el hombre quedó derecho como una flecha, como helado en esta posición y empezó lentamente a caer como un árbol cortado. La plataforma tenía tres pies de alto y este hombre estaba parado en el borde, no había nadie para sostenerlo. En el aire se dobló y cayó sobre un parlante. Allí se arrepintió y se rindió a Dios. La reprensión fue tan terrible que mostró prácticamente que Dios odía la rebelión.

El viernes a la noche en el estadio Eduardo Cañas predicó un poderoso mensaje profético al país. Su tema era «Tú ves todas estas calamidades ocurriendo pero todavia no te vuelves a Mi». Su texto era en Amos 4. vs 6 Os hice estar a diente limpio en todas vuestra ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a Mí, vs 8 Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a Mí vs 9 Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a Mí, vs 10 Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a Mí vs 11 Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a Mi, vs 12 ¡Por tanto...prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel!

Convicción vino sobre la multidud y de a cientos vinieron al altar. Esta reunión fue también transmitida por radio, unida en cadena con otras tres estaciones a través del interior del país. El sábado por la mañana fue el día más inolvidable. El auditorio estaba repleto con varios miles de personas. El primer predicador de la mañana fue el único que iba a poder hablar. Todos los planes y oradores que fueron programados se cancelaron. Dos días antes nuestro Padre Celestial había prometido que El iba a mandar una revelación de Su Hijo a Panamá. Esto iba a ser una poderosa visitación..pero nadie pensó que comenzaría tan pronto.

Después que la reunión empezó el Espíritu del Señor vino sobre Edwin Alvarez. El dijo que el Señor le había dicho que en unos pocos minutos el Príncipe, que es Cristo, iba a venir por las puertas posteriores del lado este y que la gente no iba a poder estar sobre sus pies. Momentos más tarde, como un viento, sorpresivamente...el Príncipe entró. En el pasillo de la puerta mencionada la gente empezó a caer bajo el poder a Su pasar. Todo el camino a la plataforma el pasillo estaba alineado por cuerpos que parecían como muertos, marcando el sendero por el cual El había caminado.

Un extraordinario sentido de la dominante Presencia de Cristo llenó los corazones de cada uno de los presentes. Espontáneamente el pueblo rompió en gemidos, llantos y lamentos que pudieron ser oídos por todos los sectores del auditorio. Seria imposible describir los sentimientos que nos sobrecogieron. Toda expresión quedaba anudada en la garganta.. .Lo que restó de la mañana y de esa tarde, la Segunda Persona de la Trinidad estuvo en completo control de todo. Unos minutos más tarde una palabra profética fue dada para Eduardo Cañas por Edwin que estaba en la plataforma...Se le hicieron aguas las rodillas y se desplomó bajo el poder. El Señor empezó a tratar con él, acerca de la situación de las iglesias en Colombia. ¡Cómo lloro ese varón! Su familia, que estaba con él en este viaje, vino adelante y tuvieron un glorioso momento juntos; ¡qué emocionate fue ver a Cristo ministrando en esta manera!

Después de la palabra a Eduardo, Edwin Alvarez me pidió que hablara. En seguida escuché al Señor decir con voz audible: "Ningún hombre va a predicar esta mañana". Inmediatamente encontré argumentos en mi corazón. «Señor, dije, el espíritu está sujeto al profeta, ¿qué le voy a decir a Ediwn? Otra vez el Señor me habló; esta vez con tono de reprension. «Yo dije que ningún hombre va a predicar.Yo estoy aquí. YO voy a hablar... y serás mi boca». Me inundó una inesperada ola de debilidad. Todo lo que pude decir era" «Señor, ¿quién soy yo?, ¿qué es Tu siervo para que Tu hables a través de estos labios de tierra?» Recuerdo que me encontraba asustado, humillado, débil, asombrado todo al mismo tiempo. Un torrente de lágrimas imposible de retener corrieron por mis mejillas.

En ese momento Edwin se dirigió a mí y me dijo: «Es tiempo ahora, toma el micrófono y habla» Por la siguiente hora Cristo empezó a exhortarnos. Al principio en una forma de reprensión. El reprobó a Su pueblo por no haber desarrollado más, pero después con bondad y paciencia empezó a enseñarnos los tres niveles de purificación. Todo eso fue hablado en primera persona por la Segunda Persona de la Trinidad a través de estos labios . Al final del mensaje un pesado manto de convicción descansó sobre cada uno. Cuando terminó, la gente vino corriendo al altar de a cientos. Algunos cayeron bajo el poder antes de que pudieran llegar. Otros vinieron adelante esquivando los cuerpos que caían. Estaban llorando, arrepintiéndose a gritos bajo Su poder de convicción. Esto continuó por 30 minutos. Yo me había retirado atrás de la plataforma y estaba arrodillado en oración. ¿Qué otra cosa podía hacer? Era Su reunión. Otra vez Su voz vino a mí claramente: «Vuelve, Yo voy a hablar otra vez. Se han arrepentido y está escrito: "Si confiesan sus pecados Yo soy fiel y justo para PERDONAR sus pecados, y limpiarlos de toda maldad". Está escrito: "Sois limpios por la palabra que YO he hablado". Levántate y habla estas palabras, Yo los voy a lavar. Diles que muchos de ellos no van a poder estar sobre sus pies cuando Yo lo ordene". Otra vez me quedé pensando...Y el Señor vio la vacilación y temor en mi corazón...Corrían por mi mente pensamientos. En ese mismo instante El reprendió mi incredulidad con estas palabras: " Si tú no vas a ser mi boca para esto, tampoco yo te voy a traer al próximo nivel de ministerio que he preparado para ti".. Sabiendo que era muy serio me levanté y dije lo que El me habló. sin aviso, como un destello de relámpago seguido por un trueno...pude oír mi voz gritando: "¡Sé limpió!" En ese mismo instante la gente empezó a caer por el poder del Espíritu. Podía ser visto y oído por todos lados del auditorio la gente cayendo y gritando. En seguida el Señor nos guió en alabanza y adoración. Empezamos a cantar "Santo, Santo, Santo" y "Aleluya".

.Por momentos parecía que habíamos sido transportados al cielo. El Espíritu Santo confirmó estas canciones con Su presencia y glorificó al Hijo sobre nosotros. La mesa de la Santa Cena había sido preparada de antemano y sirvieron la mesa del Señor. ¡Qué escena! Pastores de varias denominaciones serviendo y participanto juntos con todos nosotros de los emblemas del Señor. Su cuerpo quebrado y Su sangre derramada era, sin lugar a dudas, una fiesta de fe y amor. Las horas pasaron, parecieron minutos.

Después de la reunión un ministro vino y dijo que al finalizar el mensaje, cuando la gente estaba viniendo adelante, sus ojos fueron de pronto abiertos. El vio parado, a la izquierda del púlpito a un Ser vestido con un manto blanco y con largos cabellos. En el momento en que vio a este Ser el poder de Dios fluyó a través de él y cayó bajo el poder del Espíritu.

El domingo por la noche, en la campaña, Dios todavia tenía más sorpresas para nosotros. El vicepresidente de Panamá estaba presente y habló. Lowell David, el principal de la organización de las Asambleas de Dios, estaba presente y también varios líderes de otras denominaciones. El estadio estaba repleto de gente. A lo último se sentában sobre el pasto en la cancha. La reunión había empezado hacia una hora.

Cuando el Espíritu del Señor vino otra vez sobre Edwin Alvarez, dijo que Dios tenía algo totalmente diferente para esa noche; y así fue. Empezamos cantando el muy conocido coro "Aleluya". La Presencia del Señor empezó a fluir en el estadio igual que la reunión de la mañana en la iglesia Hosana. Era una escena para no inolvidable. Miles de personas llorando y cantando aleluya, aleluya. Miles de manos levantadas y mesiéndose lentamente. El volumen de tantas voces llenaron los cielos del atardecer. A la distancia la luna llena reflejaba la brillantez del sol sobre todos nosotros. El embelezo total de ese momento fue interrumpido por la voz de Edwin Alvarez, «Canten otra vez...suavemente".

Mientras todos cantábamos esta canción suavemente, él empezó a profetizar. Al principio era difícil entender para quien era, pero no por mucho tiempo. El contenido solo podía aplicarse a mi esposa y yo. Después de la extensa palabra, nos abrazamos lloramos. Fuimos profundamente tocados.

Después, el llamo a Lowell David y a otros hombres de Dios a venir y confirmar la palabra por la imposición de las manos sobre nosotros y orar.¡Qué momento! Eso puso fin a lo que había estado desarrollándose como una reunión bien organizada. Después Eduardo Cañas tenía una palabra para Lowell y Edwin...Cuando le dió la palabra de profecía a Edwin lo abrazó también...sólo había un problema. Cuando lo soltó se cayó al piso bajo el poder del Espíritu Santo, y permaneció allí por todo el resto de la reunión. Un santo desorden reinó desde ese momento en más. Hasta el último momento no cesaron de ocurrir cosas. Al bajar de la plataforma, una mujer vino hacia mí. Me dijo que era pastora de una iglesia del interior del país. Me dijo: "Cuando iban a empezar la reunión ayer una cosa inusual pasó. Una unción similar a lo que acabo de ver en la conferencia empezó a fluir y me encontré a mí misma hablando profeticamente como nunca lo había hecho antes. El Señor verdaderamente nos visitó en una forma maravillosa. Sentí de venir y contarselo". Yo debo confesar que mientras ella me hablaba no le estaba prestando mucha atención. Le dije algo como.... «qué bien.» Pero en ese momento, mientras la gente estaba saliendo del estadio, el Señor me habló y me dijo, «Ora por esta mujer.» Asi que al lado de la plataforma, al aire libre yo tomé sus manos en las mías y empecé a orar por ella. Una fuerte oleada de poder fluyó por mí, y la próxima cosa que veo es esta mujer cayéndose al pasto, alabando al Señor en lenguas.

Un poco después de esto Edwin fue hacia el vicepresidente de Panamá cuando se estaba yendo y dijo: "Ud. debe pensar que estamos todos locos aquí". El lo mira fijamente y le responde" "El viento sopla donde quiere".

La próxima mañana fuimos llevados al aeropuerto por Edwin Alvarez para tomar nuestro vuelo. Todos haciamos lo posible para no llorar. Para nosotros era difícil dejar atrás éstas cosas santas y sagradas que habían sucedido toda esta semana. Estos nueve días pasados serían inolvidables.


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