EL REY SOLITARIO

Por Edward Miller

Alegoría extraída del libro "Secretos del Reino"

El Reino de Luz

Un rey magnífico, que gobernaba sobre un inmenso reino que se extendía en todas direcciones, vivía en un palacio suntuoso. Sus súbditos proclamaban por todos lados que era el palacio más resplandeciente de todo el mundo. Estaba maravillosamente construido y brillaba, a la luz, como un cristal estupendo, gigantesco y centelleante. Todas las residencias de los ciudadanos de esta ciudad real manifestaban su opulencia y riquezas. Por causa de la bondad del rey, su equidad y justicia para con todos, sus súbditos lo estimaban con alta reverencia. Todos, en cualquier parte del mundo, lo consideraban compasivo, benévolo y extremadamente rico. Como sus súbditos estaban siempre contentos y felices (y el clima era templado y placentero), la gente muchas veces llamaba su reino: «EL Reino de Luz».

El Gobernante Amargado

Muy distante de la ciudad real había un principado vastamente inferior, gobernado por un príncipe malévolo y pernicioso quien había tenido un lugar de autoridad en la casa real. Rehusó someterse a la autoridad del gran rey. Se había levantado en rebelión contra él y luego huyó a la frontera más lejana del Reino de Luz. Mediante muchos métodos engañosos este príncipe rebelde formó para sí mismo un principado lejos de los territorios del rey soberano. Obsesionado por los celos contra el gobernante lleno de gracia del Reino de Luz, este príncipe malvado constantemente molestaba a los súbditos del rey que se acercaban a su principado. Aunque nunca podía anexar una porción del reino para sí mismo, sin embargo, causaba mucha tristeza y angustia a toda la «gente fronteriza».

La envidia amarga y el odio implacable que mostraba el príncipe enojado contra el rey bueno, hicieron que una nube negra y vil estuviera sobre su principado. Esta nube negra era tan real que hacía que tanto el príncipe celoso como todos sus súbditos se sintieran miserables, tristes y desamparados. Era tan opresiva esta nube vil que la gente llamaba a la provincia fronteriza el Principado de Oscuridad.

Comunión en el Reino de Luz

En el placentero Reino de Luz, el rey bueno pasaba mucho de su tiempo atendiendo los multitudinarios asuntos de su reino.

Su augusto salón del trono era siempre un lugar muy ocupado, donde el rey se enfrentaba frecuentemente con problemas que necesitaban su atención personal.

A pesar de la gente que frecuentaba ese salón, y el ejército de servidores que esperaban sus órdenes, el rey muchas veces se sentía solitario en el hermoso palacio.

El deseaba tener comunión cercana con los súbditos que tenían acceso al palacio. También deseaba encontrar entre las muchas visitas, algunas personas a quienes pudiera considerar sus amigos. Muchos venían a él todos los días con sus ocupaciones, problemas y necesidades, pero a pesar de estas diarias visitas, el rey benévolo se sentía cada vez más solitario.

Suspirando, se dijo: «Quisiera tener verdaderos amigos, personas que quieran venir y hablar conmigo sin que tenga que resolver sus problemas, cuidar de sus necesidades e involucrarme en sus asuntos».

Una Hora Especial

El rey decidió establecer una amistad cercana con sus principales ministros. Apartó una hora especial para que pudieran relajarse y charlar juntos cómodamente antes de discutir los asuntos del reino. Le gustó tanto que decidió encontrarse con ellos todos los días. De esta manera se desarrollaría una comunión cercana además de prosperar el reino.

Esta hora especial llegó a ser todo un éxito y en todo el palacio se supo que era el momento de mayor prioridad en todo el día. Todos entendieron que el rey y sus ministros no podían ser interrumpidos por nada, excepto una emergencia terrible.

Por causa del sabio consejo del rey, su buena comunión y atención con paciencia y amor, sus ministros se desarrollaron rápidamente. Llegaron a ser administradores muy capaces. Aprendieron a «hacer andar las cosas» en una manera eficiente. Cada mañana se encontraban con el rey para gozar de un tiempo de comunión y discutían los asuntos del reino. Su conversación era solamente sobre temas importantes. Hablaban libremente y sin restricciones en la presencia del rey.

Al principio, éste estaba muy contento al ver como marchaba todo. Pero aún el brillo de las cosas más hermosas a veces mengua y no satisface tanto como antes. Comenzó a notar que los «tiempos de charla y comunión» se hacían más cortos y de menor importancia para sus ministros. A la vez, los asuntos de negocio y la papelería siempre en aumento, ocupaban más y más tiempo. Con el correr de los días parecía ser que el té de la mañana se convirtió en una interrupción inútil ante las responsabilidades que pesaban sobre los ministros.

Presiones y Cambios

Con el correr del tiempo los ministros vieron que era cada vez más difícil encontrarse a la hora fijada. Estaban muy ocupados con sus extensos e importantes asuntos de negocios. Cuando tenían un minuto libre comenzaron a pasar por el palacio de a uno a la vez. Paraban brevemente y se quedaban por poco tiempo. Apenas tomaban tiempo para consultar con el rey en cuanto a los asuntos importantes. A veces lo único que querían era que el rey les firme documentos vitales.

Un día de mucha presión, el Ministro de Comunicaciones entró ante el gran rey inclinándose en señal de respeto. Con una cálida sonrisa de bienvenida, el rey preguntó como iban sus asuntos.

«Oh rey», contestó el ministro rápidamente, «he ensillado algunos de sus mejores caballos. Nuestros mejores mensajeros están listos para ir a los confines de su reino con nuestros últimos mensajes. Solamente necesito su sello de aprobación para las notas que he preparado. De esta forma podemos enviar noticias que harán que sus súbditos se pongan muy contentos. Por favor selle mis órdenes ya mismo...

"Si hay algo especial que quiere que comunique, avíseme no más... si no, deme su aprobación a estas noticias que ya tengo escritas y las despacharé inmediatamente. Mis colaboradores están listos para salir lo más pronto posible".

Malos Entendidos

El rey miró al ministro con total estupor. Tan sorprendido estaba por sus palabras que se quedó sin habla y no contestó palabra alguna. Estas fueron tan enérgicas y atrevidas que hicieron que el rey se sintiera nuevamente solitario y rechazado.

Suspiró mientras pensaba: «Si alguna vez en el futuro le permito firmar sus propios boletines nunca más vendrá a verme. Siendo tan eficiente y diligente podría andar bastante bien en su ocupado ministerio sin precisarme para nada».

El Ministro de Comunicaciones mal entendió totalmente el profundo suspiro y la mirada perpleja del rey, y declaró: «Oh... ¿me quiere decir que está poniendo todo en mis manos? ¿Me tiene suficiente confianza ahora? ¡Qué agradecido estoy de que haya confiado tanto en mí, concerniente a todos estos asuntos importantes¡ ¿Su intención es que siga adelante y diseñe mis propios mensajes y luego los firme en su nombre? Ya veo... será así. Bueno, me pone contento este nuevo método. Ciertamente ahorrará tiempo. De esta forma po-dré hacer más trabajo y no tomar tanto de su valioso tiempo. Sinceramente le agradezco su confianza. Su majestad, pienso pasar por aquí una vez al mes más o menos para darle un reporte acerca de cómo van las cosas en mi ministerio».

Con un gran fajo de mensajes en la mano, el Ministro de Comunicaciones salió apresuradamente de la presencia del rey y corrió a donde estaban esperando los mensajeros. «Aquí tienen unos buenos mensajes que he preparado», anunció el ministro. «Incidentalmente, mientras van viajando, adelante no más y escriban más mensajes ustedes. Piensen en algo que suene bien y díganlo a toda la gente del reino como para que se queden contentos. El rey ya dio su sello de aprobación a este procedimiento. Mantengamos informados a los moradores de nuestro reino».

El rey se quedó sentado sobre su trono sin poder moverse, sacudido y apenado por las deducciones totalmente erróneas del Ministro de Comunicaciones.

«¡Qué engañado que está mi querido ministro!¿Se ha olvidado que yo, y solamente yo, sé que mensajes precisa mi pueblo y para qué mensajes están preparados? Si mi Ministro de Comunicaciones no recibe de mi sus mensajes no le hará ningún bien a sus oidores».

El rey se quedó sentado triste y en silencio ponderando el problema.

Luego entró el Ministro de Terrenos y Edificios. Se inclinó en reverencia ante el rey y se adelantó rápidamente. Evidentemente era un hombre muy capaz que no estaba dispuesto a tolerar nada a nadie. Pidiendo disculpas por estar tan apurado, anunció: «Su majestad, nos han ofrecido una compra tremenda. Es una gran oportunidad. Podemos obtener un complejo grande de edificios para su reino a un precio muy barato. Casualmente el dueño actual es el príncipe del país limítrofe y la propiedad se encuentra en el borde de su territorio. Sin embargo nos la alquila por una fracción de su valor real, con opción a comprar más adelante. Ya imprimí el formulario de autorización que pienso firmar en su nombre. Como el dueño de la propiedad me está esperando ahora mismo tengo que apurarme.

"Además, quiero informarle que tengo en vista varios otros negocios. Cada día estamos agregando edificios y terrenos a su reino. Me es inmensamente alentador ver como el príncipe del país limítrofe, antes tan molesto, ahora está colaborando conmigo.

"En realidad, Señor, seremos dueños de un buen pedazo de aquel principado cuando hayamos consumado todos estos negocios. Cada vez podemos alquilar más terrenos y edificios en la frontera. Si seguimos así, podemos ser dueños de toda su tierra, es sólo cuestión de tiempo.

«Debo irme ahora, Señor, pero si hay algo especial que quiere que haga, usted sabe dónde contactarme.

"No sé cuanto tiempo pasará hasta que lo vuelva a ver, pero trataré de mantenerme en contacto». Y el Ministro de Terrenos se inclinó rápidamente y salió.

El rey meneó la cabeza tristemente con una expresión perpleja y herida en su rostro, mientras el ministro se iba velozmente. «¡Tan ocupado, tan ocupado, pobre hombre!», murmuró para sí. «Ni siquiera preguntó si yo aprobaba sus tratos con el príncipe del país limítrofe. Me pregunto si le importa lo que pienso de todo este asunto. Tenía la esperanza de desarrollar una amistad íntima con él. Es un hombre de tanto talento con mucho potencial. Esperaba un gran futuro para él. ¡Oh, si solamente se diera cuenta de su necesidad, si buscara mi consejo y hablara las cosas conmigo!»

Como el rey sentía un afecto profundo para con este hombre joven, se sintió más triste y solitario que nunca.

¿El Consejo de Quién ?

Luego se presentó ante el rey el Ministro del Interior y dijo inmediatamente: «Su majestad, hábilmente he cuidado sus intereses. Como usted ya sabe, hay muchas personas en su reino que son muy ineficientes y andan por la vida a los golpes. Esto me preocupa mucho porque no están logrando todo lo que corresponde.

«Estoy avisando a sus súbditos que ahora hay alguien en control aquí, alguien eficiente. Todos estos ineficientes no pueden seguir haciendo las cosas a su manera, estorbando para que la obra no se haga como corresponde. Pareciera que estos hombres piensan que no es necesario ser hábil. Aparentemente creen que a usted le agradará si simplemente trabajan lo mejor que pueden. Cuando yo consiga corregir sus ideas equivocadas, usando las técnicas psicológicas y científicas más avanzadas, sé que podremos enseñarles a todos a trabajar para nosotros de manera más satisfactoria y eficiente. Así podremos lograr que se haga mucho más.

«Francamente, señor, estoy sorprendido, absolutamente sorprendido de que haya tan pocos súbditos en su reino que trabajen productivamente para usted. Pero no se preocupe, voy a encarar el problema exhaustivamente. Todos, sí, todos van a trabajar para el reino con todas sus fuerzas.

«Con su permiso, señor, me debo ir ahora porque necesito chequear todos estos problemas con mis consejeros para asegurarme de que estoy haciendo todo en la forma correcta. En realidad me gustaría verlo más, pero ahora estoy demasiado ocupado como para venir con frecuencia. Prometo venir cuando pueda». Y así el apresurado y ocupado ministro se retiró rápidamente de la presencia del rey.

Con tristeza el rey se preguntó: «¿Es que mi buen amigo ha encontrado mayor necesidad de tener comunión con sus psicólogos que de venir a hablar las cosas conmigo con confianza y fe? ¡Cómo me deleitaría el darle consejos y mostrarle la manera de trabajar con los hombres según mis propios principios y caminos! Pero él está tan ocupado y preocupado tratando de establecer mi reino. ¡Oh, si tan sólo viniera y tuviera comunión conmigo! ¡Qué secretos compartiría con él en cuanto a tratar con hombres, mujeres y aún niños!» Por causa de su ministro mal encaminado, una profunda tristeza se apoderó del corazón del rey y se sintió más solitario que nunca.

Eficiencia Equivocada

Ni bien salió el Ministro del Interior, vino el Ministro de Ayudas a ver al rey solitario. Obviamente este ministro importante tenía gran confianza en sí mismo pues caminaba erguido como si fuera casi un rey. El trabajo de este nuevo ministro le exigía organizar actividades, formar comités y encabezar los proyectos del reino.

Se inclinó ante el rey y dijo: «Después de nuestras charlas matutinas, su majestad, me doy cuenta que usted es un rey muy ordenado. Por lo tanto, pienso organizar su reino más eficientemente. Lamentablemente hay algunas áreas en las cuales sus asuntos no están operando del todo bien y no están completamente integrados. Todavía no están funcionando productivamente todos mis comités. Sin embargo estamos eligiendo cada vez más personas para encabezar éstos y así coordinar sus planes. Estoy seguro de que pronto todos y todo estará completamente integrado.

«A ninguna persona se le permitirá trabajar sin que un supervisor observe y controle lo que está haciendo. No tendrá que preocuparse en cuanto a lo que está diciendo o haciendo cada persona. Le puedo asegurar que todos estarán supervisados y bajo control. Cuando termine de implementar mis planes, nuestro departamento será realmente una pirámide autosuficiente. El sistema funcionará a todo nivel. Le prometo, oh rey, que haré que funcione mi departamento en forma muy productiva, como si estuviera usted encabezándolo. Pronto tendré una organización efectiva que seguirá perfeccionándose. Lo voy a mantener así. Sé que le agradará esta decisión, señor.

«Adiós, su majestad. No sé cuando tendré tiempo para verlo nuevamente ya que tengo tanto que hacer. Pero sepa que todo va bien bajo mi hábil dirección». Nuevamente se inclinó el ministro ante el rey y se fue dejándolo sentado en silencio sobre su trono.

La tristeza inundó el corazón del rey mientras escuchaba a su Ministro de Ayudas. «¿Piensa que mi reino será establecido por él? ¿No entiende que yo quiero que mi pueblo trabaje para mí de su propia voluntad y elección? ¿No ha aprendido que no quiero que mis súbditos estén bajo tiranos como los hebreos en Egipto? ¿Mi ministro no escuchó lo que dije cuando hablé de mi odio hacia la esclavitud? ¿Después de tanto tiempo de estar conmigo, aún no entiende mis conceptos? ¿No ha aprendido aún en cuanto a mis tratos con mis amados súbditos? Trabaja tanto. Sé que me quiere agradar. ¡Pobre ministro! Está muy seguro de sus propios caminos. No ve la necesidad de tener comunión conmigo ni de inquirir en cuanto a mis deseos. Sigue su propio camino erróneo en completa ignorancia. ¡Cómo quisiera que deseara mi amistad y que tomara tiempo para tener comunión conmigo! Sería tan distinto su trabajo para mí si tan sólo buscara conocer mi corazón».

  ¿La Armonia de Quién ?

               ¿La Música de Quién ?

Después del Ministro de Ayudas, entró de golpe el joven Ministro de Música con una guitarra reluciente en la mano. Con entusiasmo tocó su última canción sin darse cuenta que se había olvidado de saludar al rey que lo escuchó pacientemente mientras terminó de tocar y de cantar. «¿No es hermosa mi nueva canción, Rey?» preguntó con orgullo. «Es la última. ¿No le parece que tiene una melodía atrayente y moderna? Cuando la escuché, inmediatamente escribí la letra como para andar con el nuevo estilo de su reino. Realmente pienso que es la mejor que he escrito. Cuando grabe el CD, seguramente que será primero en ventas.

"Voy a tratar de hacerla tocar en ciertas ciudades del principado vecino. Contiene muy pocas ideas de nuestro reino, no demasiadas como para que la gente la rechace. Por eso pienso que será fácilmente aceptable por nuestros vecinos.

«Sabe, su majestad, hoy en día tengo mucho cuidado porque algunas personas no quieren las cosas viejas y sólidas. Quieren algo que los sacu-da, algo de «rock». Siento que debo escribir un tipo de música que pueda ser escuchada por todos sin aburrirse. Queremos que toda nuestra gente esté enganchada a la onda del reino.

«Casualmente, señor, tengo un nuevo arreglo para mi canción. Mis ayudantes están con eso. Pronto vamos a tener esta canción lista para una orquesta completa. Cuando canté, ¿se fijó mis palabras: `vamos a estar locos por el reino’? Bueno, justo después de eso puse un fabuloso solo para batería. Pienso que la gente va a estar `recopada’.

«Gracias por escuchar mi canción, oh rey. Sabía sin preguntarle que usted lo aprobaría. Le mando el CD cuando está listo. Y algo más, no me busque mañana porque tengo una reunión con la Sociedad de Músicos del Reino. No puedo decirle realmente cuando estaré libre para verlo». Así que, con una leve inclinación, salió el Ministro de Música tarareando su nueva canción.

Con cara de angustia el rey miró espantado a su ministro. Meneando la cabeza con lástima murmuró: ¡Un joven con tanto talento! Tenía esperanzas para ese muchacho porque tiene un maravilloso talento. Pero está tan metido con su propia música que no tiene tiempo para la mía. Ni me conoce, ni entiende mis melodías, ni escucha mis armonías. ¡Pobre músico engañado! Sinceramente cree que estoy complacido por la música que él crea. Tiene una personalidad tan hermosa y un espíritu cálido. Si tan solo viniera a mi, tendría una preciosa comunión con él y le enseñaría las armonías de mi reino. Podríamos ser realmente grandes amigos». Y otra vez el rey se sintió tan, pero tan solitario y dejado a un lado.

¿VIEJAS SENDAS O NUEVAS SENDAS?

Entró el Ministro de Estado, aquel a quien se le había confiado la integración y el trabajo conjunto de todas las distintas áreas y organizaciones del reino. Era, incuestionablemente, un hombre letrado. Postrándose con profunda humildad ante el Rey, le anunció:  "Oh, Señor, estamos esforzándonos para lograr la más perfecta unidad que jamás hemos tenido en el reino. Con ese fin estamos trabajando en conjunto, como nunca antes.

"Sé que el camino hacia la unidad implica el aislamiento y supresión de todas las cosas disidentes. Consideramos que las ideas ofensivas perturban la unanimidad y es así que permitimos sólo aquellos pensamientos con los que estamos de acuerdo. Esta práctica simplifica grandemente el camino hacia la unidad porque hay muy pocos principios sobre los cuales estar de acuerdo.

"¿Ve la hermosa simplicidad de tener sólo un número limitado de principios en los cuales estar de acuerdo? Como resultado de ello, está siendo edificada la más perfecta unidad que nunca antes hayamos tenido en nuestra organización.

"Antes de retirarme quisiera decirle que sigo trabajando con esa gente que es un poco rebelde. No quieren deshacerse de sus conceptos viejos y pasados de moda. Les dicen "viejas sendas y mojones antiguos". Sin embargo estamos luchando todavía para cambiarles esas ideas. O de lo contrario, los apartaremos! Después de todo, son nada más que unos pocos rebeldes, la mayoría de nosotros ya estamos caminando en la nueva senda.

"Sin duda esto le hará feliz, mi Señor, ya que vamos a tener una organización agradable, donde todos se amen de verdad unos a otros. Después de todos estos años de lucha, seremos un verdadero reino ecuménico. Y como a usted nunca le gustó la discordia en su reino, mi soberano, sé que estará muy satisfecho de nuestro trabajo. Descanse tranquilo, que estaré dándole duro – de hecho, he estado tan ocupado que ni siquiera he tenido tiempo de visitarlo. Aún más, no puedo asegurarle cuándo volveré".

Con estas palabras terminantes, el ministro se postró y salió rápidamente.

Observándolo profunda y tristemente, el rey musitó: "¡Pobre hombre! ¡Cuán engañado está! ¿Pensará realmente que las mentes eficientemente unidas en cuanto a unos pocos e insignificantes detalles eliminará las enormes diferencias en cuantos a valores más importantes? ¿Creerá acaso que tal lavado de cerebro nos hará feliz a mí y a mi pueblo? Cuando en ocasiones drásticas se necesitó usar la espada, el esconderla en el desván no evitó la guerra.

"En verdad yo quiero unidad, pero sólo en la aceptación de los principios que establecí para mi reino. ¡Cómo anhela mi corazón iluminarlo en cuanto a lo que es unidad, y evitarle una desilusión! ¡Cómo deseo que sea mi amigo, así como un amante de mis caminos! Trágicamente, sus estudios y sus libros han tomado mi lugar en su corazón, y ya no me busca más. ¿Vendrá alguno de mis ministros a mí para buscar en mi palabra y aprender mis caminos? ¡Mi corazón se siente tan solo! ¡Cuánto deseo comunión íntima con cada uno de mis elegidos!"

¿LA PLATA Y EL ORO DE QUIÉN ES?

El Ministro del Tesoro se aproximó seguidamente. Su porte y las ropas que usaba hablaban sobradamente en cuanto a la gran importancia de su oficio. Declaró, inclinando su cabeza con deferencia: "Oh Rey, estamos grandemente presionados por el dinero, como es habitual, pero las cosas están yendo bastante bien. Tenemos unos cuantos comités trabajando con nuestras cuentas de ingresos y egresos y estoy investigando distintos sistemas para incrementar los montos requeridos. Tengo pensado ensayar algunos métodos de modo que nuestro pueblo no sólo pueda pagar el acostumbrado 10% de impuesto, sino también y los estamos entusiasmando para ello, para que quieran dar aún más sin sentirse presionados.

"Es obvio que mucha gente no quiere pagar más de lo que corresponde. Muchos se quejan de que no obtienen ningún beneficio visible a cambio. ¡Si sólo pudieran ver qué privilegio es vivir en el reino que hemos construido aquí! Me estoy esforzando para mantener al pueblo tan ocupado que no hay tiempo para la queja. Aún más, estamos manejando algunas ferias muy populares y planeando ferias americanas.

"Por supuesto que la lotería es algo un poco demasiado moderno para algunas personas, pero lo empezaremos a implementar con nuestros grupos más avanzados. Tengo que manejarme despacio con ciertas actividades nuevas como las rifas y loterías. Como broche final en cuanto a estas ideas comerciales nuevas, estoy tratando de encontrar otras formas de pedir el dinero que necesito a la gente, sin ofenderlas.

"Una de mis más frescas ideas es persuadir a los más solventes que donen algunas cosas específicas para el reino. Entonces pondré placas en la pared para que cada uno pueda saber quién hizo esas grandes donaciones. Créame, este método da resultado. Debo admitir, oh Rey, que a pesar de estar haciendo todo lo que puedo, el tesoro se ha disipado. De hecho, nos estamos esforzando por sostener algunos de nuestros logros que son bastante costosos. Esto no me preocupa, ya que sé que ellos pagarán por sí mismos y más aún. Afortunadamente, recibimos algo de ayuda del departamento de Imprenta y el de Música. Si no fuera por esas ayudas extras, seguramente nos hallaríamos en una situación muy difícil.

"A pesar de todos nuestros esfuerzos, debo transmitirle que, lamentablemente, hay todavía muchas quejas en contra de nuestro departamento; pero sepa usted que estamos haciendo lo mejor que podemos, y para ello contraté algunos de los más modernos siquiatras quienes nos están informando sobre algunas nuevas formas para que el pueblo no se sienta agobiado. De hecho, nos están dando algunas ideas de cómo manejar al pueblo sin que se de cuenta de ello. Así que, cuando estos procedimientos estén un poco más desarrollados se lo haremos saber, oh Rey".

"Me despido por ahora, su Majestad. En cuanto tenga buenas noticias, volveré para dárselas a conocer" – y sin esperar respuesta alguna de su rey, el tesorero de estado se alejó de su presencia.

LA RIQUEZA DEL REY

"Pobre y ciego administrador" – dijo el rey, mientras su cara se oscurecía por el disgusto y la tristeza, al tiempo que lo observaba alejarse. ¿No se da cuenta o no sabe cuán rico soy? No necesito el oro ni la plata de mi pueblo. ¿Se ha olvidado acaso que las reses que pastan sobre las colinas me pertenecen? ¿Y que el oro y la plata también? En verdad, quiero que mi pueblo comparta sus bienes conmigo, además de su amor por mí, para que yo pueda compartir más de mis bendiciones con ellos. Oh, si mi siervo viniera tan solo y se sentara a mis pies y aprendiera de mí, entonces él descubriría rápidamente cómo entrar en descanso y no preocuparse por el oro que perece... Pero él trabaja tanto que rehusa venir y tener comunión conmigo: está muy ocupado. Él cree que me está sosteniendo a mí y a los míos... realmente me ignora por completo".

El rey solitario permanecía triste, analizando la falta de entendimiento de su ministro, en cuanto a las finanzas del reino.

¿QUÉ ES FELICIDAD VERDADERA?

El próximo en entrar a la presencia del rey fue el ministro de Salud, a quien se le había confiado el guardar al pueblo en buen estado de salud y felicidad. Inclinándose ante el rey, exclamó: "Oh, Rey, no dispongo de mucho tiempo para pasar con usted, esta mañana. Hay mucha gente enferma y decaída. Puede apreciar cómo estoy presionado por sus muchas demandas. ¡Oh, rey, estoy haciendo todo lo que sé para que su pueblo sea feliz y para preservarlo de la miseria! He juntado varios clichés geniales que estamos enmarcando para la calle, a fin de que ayuden a guardar las mentes de nuestros súbditos de sus aflicciones. Además hemos grabado música muy buena para ayudarlos a relajarse.

"Puede ser que usted no sepa que estoy trabajando duro para inyectar pensamiento positivo a fin de persuadir al pueblo que aunque no sean felices o estén enfermos, algún día todo estará bien. En lugar de estar preocupados y altercando sobre sus problemas, ellos deben pensar positivamente sobre ese día en que sean elevados y vivan en el gran Reino del Hermoso Tiempo Venidero – el cual nos dijo que está preparando para nosotros, oh Rey, eso sigue siendo cierto todavía, verdad Su Majestad?

"Nuestro énfasis sobre pensamientos positivos será exitoso, porque algunos de nuestros más selectos artistas y sicólogos están trabajando sobre temas constructivos y entusiastas. Seguramente, el ser positivo hará que nuestro pueblo se sienta mucho mejor.

"Bueno, ya me tengo que ir, pero recuerde, estamos realmente presionando sobre nuestra nueva panacea del pensamiento positivo. Sin duda alguna, este mensaje inspirador tranquilizará a nuestra gente en cuanto a su sentimiento de culpabilidad y su auto estima. El aprendizaje de cómo construir pensamientos positivos y asuntos que les sirva de ayuda, no les dejará caer en desánimos, en desesperación y condenación. Es posible que el énfasis del pensamiento negativo no logre convertir al pueblo en un pueblo rebosante de salud, pero nuestro nuevo mensaje elevará a sus súbditos a un lugar de positivismo como nunca antes.

"Repito, me tengo que ir ahora, mi soberano, confío en que todo saldrá bien. Oh... por casualidad, si usted descubre algunas frases pegajosas, por favor, pásemelas ...sí? Créame, le estaré muy agradecido".

Lágrimas como diamantes centelleantes llenaron los ojos del Rey, a medida que el ministro de Salud se alejaba. "No – dijo el rey penosamente – mi ministro no sabe lo que está haciendo. A pesar de que a menudo se sentó a mis pies para escuchar mis palabras, en realidad nunca me entendió cuando le hablaba. Estoy apenado por él, porque trata tan obstinadamente y sin resultado, de hacer feliz a la gente. No se da cuenta que no es esa felicidad que resulta de la respuesta del hombre a los desafíos la que cuenta realmente. La felicidad y el gozo que necesita mi pueblo proviene tan sólo de corazones que están profundamente enamorados de mi. La verdadera felicidad llega a aquellos que no dependen de los desafíos y circunstancias que minan su felicidad.

UNA PUERTA DENTRO DEL REINO

Sin entrar de lleno dentro del hall de recepción, el Ministro de Estadísticas y Censos, asomó repentinamente su cabeza frente a la puerta. Disculpándose por su actuación no convencional, anunció: "Tengo noticias tremendas para darle, oh, Rey. Han llegado reportes de todo el reino indicando que nuestros obreros han persuadido a 153.721 extranjeros a decidirse y venir a vivir dentro de nuestras fronteras, este año.

"...Qué es eso – inquirió el Ministro de Administración – "¿Me está preguntando si alguno de esos 153.721 convertidos vendrá a usted primero, para pedirle perdón por sus rebeliones? ... ¿Estará pensando alguno de ellos rogarle que lo incluya como súbdito suyo?... Verdaderamente, Señor, ¿es eso lo que usted me pidió? Oh, lo siento, mi Rey. No tengo ningún reporte de ese grupo que planea venir a usted ante cualquier problema. Oh...¿usted me dice que 27 de ellos han venido ya a implorarle su perdón? Lo siento, no tengo ningún antecedente de tales hechos. Después de todo, sólo conservo los datos que mis empleados me traen. Aquí están los nombres de 153.721 personas que prometieron mudarse y volverse súbditos de su reino... Por supuesto, ya los hemos registrado en nuestros archivos.

"Estoy seguro que por medio de estos nuevos ingresados habrá mucho más recaudado en concepto del impuesto del 10%. ¿Qué? ... ¿Usted dice que prefiere que los nuevos convertidos vengan a verlo a usted primero? Bien, llevaré este asunto a las autoridades pertinentes, oh, Rey, eso escapa de mi área. Le mencionaré su deseo al Ministro de Comunicaciones el que a su vez lo transmitirá a los mensajeros... sí, sí, no se preocupe, lo haré.

"Bien, tengo que irme ahora, no sé cuándo tendré listo mi próximo reporte, pero hasta entonces, le expreso mis mejores deseos".

Y como sólo había asomado su cabeza en la puerta cuando llegó, rápidamente retrocedió y se fue del mismo modo.

Frunciendo el ceño, apesadumbrado, el rey solitario pensó en muchas almas apagadas que ingresarían al reino sin ni siquiera verlo o pedirle permiso, o recibir su perdón. "¿Nadie les ha dicho que todo aquel que viene a vivir a mi reino debe venir a mí por mi aceptación y para ser registrado primero? Tarde o temprano todos los que no se han registrado serán excluidos y repatriados. ¿Pensarán que cualquiera puede venir a vivir a mi reino, sin mi permiso? ¿Pensarán que cualquiera puede venir y vivir bajo mi protección sin antes obtener mi permiso de residencia? ¿Cómo pueden ser correctas todas las estadísticas que han confeccionado si los nuevos inmigrantes nunca vienen a conocer a su Rey? Me temo que mi siervo ha olvidado mis caminos – si es que alguna vez los conoció.

EL PLAN Y LOS PROPÓSITOS DEL REY

Mientras el Rey evaluaba esta situación inaceptable e insostenible, se aproximó el Ministro de Exteriores y Culto. Procedió a emitir una extensa lista evaluatoria sobre los tiempos difíciles, acerca de esta gran responsabilidad considerando que su cargo incluía embajadas y consulados a lo largo y ancho de toda la tierra.

"¿Sabe, Su Majestad? – remarcó cortésmente – tuvimos que cerrar muchos de nuestros consulados. ¿Puede creer que algunas de nuestras embajadas han sido atacadas y destruidas? Algunos de nuestros más célebres hombres han sufrido persecución, ¡qué triste! Otro de sus más fieros defensores ha sido martirizado por causa del reino. Como usted ya estará enterado, a muchos gobiernos extranjeros simplemente no les gusta su Reino de Luz. Realmente no entiendo por qué.

"En otros lugares estamos avanzando lo más rápido posible... pero debo admitir, que hemos tenido que reducir nuestros esfuerzos considerablemente. Es una vergüenza decirlo, pero al presente hemos tenido que cerrar algunos de nuestros mejores negocios; por causa de esa reducción en algunas áreas, estamos poniendo todos nuestros esfuerzos en aquellos lugares en donde nos permiten representar a Su Reino.

"Observe este lugar, Su Majestad, en realidad no hemos retrocedido, sólo hemos concentrado fuerzas y esfuerzos en algunos lugares y redoblado nuestros esfuerzos en otras áreas en donde somos bienvenidos. Creo que se sentirá feliz por los resultados de nuestra labor y se sentirá gratificado cuando vea los archivos que estamos juntando en nuestra casa central. En cuanto a nuestros contratiempos presentes, estoy convencido que saldremos adelante con una hoja de balance positivo.

"Honorable Rey, a pesar de los reportes negativos, tenga por seguro que su Reino está avanzando. Cuando nos extendamos lo suficiente creo que estaremos capacitados para que esos otros países abran nuevamente nuestras embajadas. Sí, estoy trabajando en esa dirección, oh Rey. Bien, debo volver a mi oficina, ya que tengo mucho para hacer. Adiós, Su Majestad, nos vemos la próxima, pero no estoy seguro exactamente cuándo será". Y con este comentario, se deslizó confiadamente hacia la salida de la Sala de Audiencias.

Con una mirada perdida, el rey solitario empezó a evaluar los últimos informes recibidos. Bien sabía que muchos de sus gobernantes habían dado su apoyo a aquel malvado príncipe vecino. Igual que aquel rebelde, ellos también odiaban el Reino de Luz y a su justo rey. Este rey solitario también sabía que algunos de sus propios súbditos estaban alejándose, según datos obtenidos por sus emisarios, enviados a fin de ayudarlos a regresar al Reino de Luz.

"Lamentablemente – se dijo a sí mismo el Rey – poco a poco mi ministro perdió contacto con esta situación real de mi reino. Ya ha pasado tanto tiempo desde la última vez que me permitió sentarme y hablar con él. Obviamente, este pobre obrero, ha olvidado por completo las cosas que una vez le conté en cuanto a mis planes y propósitos reales. ¡Cuánto desearía que se relajara y se tome tiempo para venir a visitarme! Podríamos tener tan dulce amistad, ya que es un hombre sincero pero..." – Así gruñendo en su interior, el rey pesó las serias necesidades de su ministro.

¡MIS HIJOS – OH, MIS HIJOS!

El Ministro de Educación, hombre de gran sabiduría, entró con pasos largos e imponentes. Inclinándose ante el Rey, emitió con orgullo su reporte sobre la gran cantidad de escuelas que se habían construido y organizado durante  su administración.

Levantando sus ojos con cierto resplandor en ellos, dijo: " Nos damos cuenta de que, si no los educamos apropiadamente en cuanto a los Principios del Reino desde sus primeros años, nunca serán adultos responsables. Es por eso que estamos construyendo algunos grandes edificios.

"Como hemos vigilado la educación de nuestros jóvenes desde edad muy temprana, ahora estamos considerando seriamente su educación para después que terminen sus estudios secundarios. Es por ello que hemos abierto universidades del Reino. En lo que concierne a la tesis de graduación, incorporamos un programa completo de entrenamiento doctoral y estamos preparando algunos maestros altamente capacitados.

"Aunque podríamos parecer estar un poco presionados por todos estos proyectos, todavía hay muchas necesidades de nuestros jóvenes para considerar. ¿Qué?... Sí, ya sé... ya sé, Señor, que hemos perdido muchos de nuestros jóvenes más prometedores, pero esa no es mi culpa. Sin duda algunos de nuestros maestros no muy preparados y esos padres irresponsables han causado el problema. No se preocupe tanto, ya estamos trabajando en eso. Estamos animando a nuestras instituciones a que enseñen los Principios del Reino, los Caminos del Reino y las Leyes del Reino, con métodos más eficaces.

"Afortunadamente, estamos contratando los mejores maestros para nuestras universidades. Ellos, uh... sí, sé que son muy liberales, me he percatado. Pero entienda, por favor, Señor, que a pesar del hecho de que lo son, también son muy eficientes. Nuestros maestros, valiéndose del uso de algunos métodos más modernos, incluso electrónica, les están enseñando nuestros conceptos con efectividad. Hasta el momento, otra generación ha llegado y se ha ido, y estoy seguro que el Reino será verdaderamente el lugar adecuado para todos los jóvenes.

"Su Majestad, mire el número impresionante de escuelas y las nuevas universidades que estamos construyendo. Estos nos ayudarán a edificar una estupenda base para el futuro Reino. Creo que usted se sentirá feliz por todos nuestros esfuerzos con la gente joven. Relájese, Señor, que dentro de otra generación tendremos un reino bien populoso. No se preocupe por nada, estoy listo para avanzar rápidamente en su nombre.... ¿Qué es lo que me dice?... Sí, ya sé que usted me ha concedido mucho tiempo, lo he advertido. Sin embargo, usted debe entender que los eventos se desarrollan muy rápidamente en nuestro mundo. Los grandes eventos nos han tomado desprevenidos, pero estamos dando zancadas a fin de alcanzarlo. Sólo dénos un poco más de tiempo y estaremos en la mira otra vez. Al menos no estamos perdiendo terreno como antes".

Apresurándose a excusarse el ministro se inclinó ante el rey diciendo: "si me necesita, llámeme a mi despacho".

Lágrimas resplandecientes resbalaron por las mejillas del Rey solitario. "Mis hijos preciosos... , mis preciosos pequeños! ¿Quién vendrá a enseñarles la belleza de mis caminos y la importancia de mis leyes? ¡Si tan sólo mi ministro me permitiera enseñarle a él primero estos principios! Gustosamente pasaría muchas horas con él y compartiría los secretos guardados en mi corazón, sobre mis caminos y las maravillosas verdades escondidas en mis leyes. Trágicamente, él sigue su propia visión – un sistema de procedimientos que yo nunca autoricé. No quiero enterarme de mis hijos escapándose del presente sistema educacional y andando por los bordes de la tierra de mi malvado vecino, pensando que es un mejor lugar donde vivir. ¿Vendrán a mí, mis siervos con sus inquietudes? ¿Querrán alguna vez pasar tiempo conmigo? ¿Buscarán alguna vez, comunión conmigo y así aprender mis caminos y mis leyes?

ORDENANZAS ANTIGUAS VS. NUEVAS

Poco después entró lentamente un hombre de gran prestigio, el Ministro de Justicia. Se inclinó con dignidad ante su Señor contándole cuán arduamente estaba trabajando para implementar los cambios necesarios en el sistema legal. "Su Majestad" – afirmó enfáticamente con un tono especial – debido a que su reino está atestado de viejas ordenanzas (toda clase de leyes poco populares), me he visto obligado a hacer muchos cambios que demandaron un gran esfuerzo de mi parte. Me demandó confeccionar un programa intenso para poder producir leyes del Reino más populares.

"Su Majestad, ¿no entiende que he estado llevando una carga muy pesada? Por desgracia hemos tenido demasiadas leyes "azules", leyes antiguas sobre el Sabbath y otras tantas leyes que nadie desea cumplir, actualmente. Como hay rígidas demandas en su reino, éstas impiden que mucha gente se acerque para vivir en el Reino, pues es gente que no quiere aceptar un sistema con tales códigos de comportamiento. Entonces, no se preocupe... estamos trabajando diligentemente a fin de producir un sistema que sea más aceptable para cada uno.

"Estoy buscando eliminar todas esas viejas leyes lo antes posible. Ni bien encuentre una de esas viejas leyes impopulares, la sacaré del medio. En este momento estamos haciendo una estadística para saber qué códigos de comportamiento les gustaría a los que viven fuera del reino y qué leyes aceptarían. Ya hicimos muchos cambios. Como usted sabrá, la gente cambia, y tendremos que modernizar y cambiar conforme cambian los tiempos. No importa realmente que algunas de estas leyes han estado escritas en el libro cuatro mil años, pensamos que ya ha llegado el tiempo del cambio.

"De hecho, hemos hallado un nuevo nombre para estas leyes: las llamaremos "Nueva Moral" – en un esfuerzo por tratar de animar a la gente a aceptar estas nuevas formas ya que somos gente civilizada, seremos también gente con moral. El principio que queremos enseñar es obedecer las cosas que la naturaleza interior les diga a cada uno que están bien. Sin duda estas nuevas enseñanzas del Reino nos harán mucho más populares.

"Cuando logremos cambiar todas nuestras viejas leyes, usted tendrá un maravilloso reino, modernizado. Al menos, un grupo que se alegre y "haga lo suyo", sin que nadie lo reprenda. Nos damos cuenta que necesitamos educar nuestro pueblo en lo que concierne al uso de estas nuevas normas. Ya hemos conversado con el Ministro de Educación quien nos prometió ayuda.

"Señor, gracias por escuchar tan atentamente mi reporte. Volveré cuando tenga más buenas noticias para informarlo sobre nuestro avance".

Después de esta afirmación final, el augusto ministro de Justicia se fue sin ceremonial.


EL AMOR Y LA OBEDIENCIA A SUS MANDAMIENTOS

Como la soledad iba en aumento en el corazón del rey, se sintió más desamparado y olvidado que nunca. Sus espesas cejas expresaban el dolor y el pesar que sentía mientras evaluaba el último reporte. Al tiempo que miraba su ministro alejándose, el rey musitó: "cuánto tiempo has estado conmigo y todavía no me conoces. ¿No te das cuenta que amar a Dios y amar a tu prójimo abarca toda la ley? – Su observación, sin amor, no crea una forma armoniosa de vida en mi reino. Si tan solo mi siervo deseara tomarse el tiempo de escuchar mis palabras y esperar en mí, él sabría que no he establecido ninguna ley actual. El promulgar nuevas leyes nunca hará feliz a mi reino".

MENSAJES QUE DEFINEN Y EDIFICAN

Luego vino para dar su reporte el Ministro de Prensa y Publicaciones: "Señor, las cosas están progresando de veras en nuestro departamento, las prensas funcionan de día y de noche, estamos publicando miles y miles de libros y volantes.

"Nuestro propósito es convencer por completo al mundo de la importancia de nuestro Reino de Luz. Libros de toda especie, libros para toda edad y para toda clase de gente, han sido seleccionados y escritos por algunos de nuestros más excelentes escritores.

"Si pudiera decirlo sin jactarme, oh Rey, nuestro departamento es el instrumento que financia a todo el reino. Nuestros libros y volantes son tan populares que nos estamos expandiendo como los círculos de una espiral.

"Además, planeamos abrir sucursales en otras áreas de la mediana industria. Estoy seguro que le gustará nuestra excelente música y nuestros videos. Créame, oh Rey, tendremos tanto éxito que nadie podrá compararse con nosotros. Estamos inundando su reino con nuestros flamantes principios difundidos con esta amplia gama de propaganda, y créalo, nadie podrá pararnos.

"Déjeme decirle, oh Rey, que considero que nuestro departamento es el más importante de todo el reino. Todos confían especialmente en nosotros, todos buscan nuestra ayuda. Al tener los mejores analistas, pensadores positivos y escritores creativos en nuestras publicaciones, eso nos dará producciones muy modernas, convincentes y muy atractivas. Nuestro trabajo no es vacío ni ridículo, como el que preparó el primer ministro. En cambio, estamos largando escritos modernos y actualizados que se han hecho muy populares.

"¿Puede creerme si le digo que estamos vendiendo nuestros libros en los barrios más populares? La gente parece gustosa de recibir nuestros nuevos logros. Lo que quiero decir es que... el pueblo está aceptando de veras nuestros nuevos conceptos. Sólo concédanos un poco más de tiempo y sus nuevos principios y Enseñanzas del Reino serán muy exitosos.

"Bien, tengo que apurarme. Lo siento, no me puedo quedar más tiempo, oh Rey, tengo varias entrevistas previstas para esta mañana. Sé que a usted no le agradaría que nuestros T. Interfiriera con nuestros organigramas de producción, por eso sólo tomé estos pocos minutos para reportarme ante usted.

"Cuánto lamento no poder pasar más tiempo con usted para mostrarle otras hermosas estadísticas, porque llegan por millones... millones, Señor. ¡Seguramente estará sorprendido por el suceso que hemos alcanzado! Quizás la próxima vez que venga, podré traer un listado de nuestros extractos. También esperamos firmar un contrato para publicar nuestro material en otros idiomas que se imprimirán a la brevedad. De hecho, los traductores que esperan ser entrevistados por mí traducirán nuestros escritos a otros idiomas.

"Bien, Su Majestad, me tengo que retirar ya. Lamento de alma lo breve de mi visita matinal, pero prometo que volveré por lo menos una vez más este año. Me doy cuenta que a usted le gusta recibir mis reportes más seguido, pero la verdad es que me es difícil tomar tiempo para ello. No necesita preocuparse porque seguimos dándole duro en su reino. Si es posible, volveré en un par de meses o más para tener otra pequeña charla con usted. Adiós, mi Señor; nos vemos".

E inclinándose lentamente, se fue con rapidez.

EL REY SE APENA

Como no había más ministros esperando en la sala, el buen rey permaneció solo por un rato. Él los había esperado y recibido con gozo a cada uno de ellos, pero ahora estaba triste y apesadumbrado después de haber oído a cada uno de ellos. Caminando lentamente a lo largo y ancho de su hermosa sala del trono, el rey se dirigió hacia su jardín, y empezó a recorrerlo. En su mente evaluaba detenidamente cada uno de los reportes recibidos durante la mañana por sus tan ocupados ministros. Suspiró tristemente: "me pregunto – se dijo a sí mismo – si hay alguien en mi reino que desea venir a visitarme. ¿Alguien querrá sentarse y tener comunión conmigo en lo que se refiere a su vida personal? Me permitirán que les comparta alguno de mis secretos? Oh, ¡cuánto deseo compartir los gozos y sufrimientos de mis siervos y llamarlos mis amigos! Oh, ¡si alguien quisiera ser mi amigo de verdad!

"¡Cuánto me duelo por aquellos que sólo quieren ayudar a que mi reino prospere pero no están interesados en mí para nada! Sólo quieren convencerme de sus buenas obras y pedirme que apruebe sus trabajos personales. Insisten en hacer "lo suyo". ¿Hallaré alguien deseoso de ser mi amigo o mi compañero? ¿Vendrá alguno de ellos simplemente para ser mi amigo?

"Deseo llenar mi mesa vacía con amigos que se sienten y tengan comunión conmigo. Me desvivo por alimentarlos con la más rica comida que hay en mi reino y compartirles los innumerables secretos de mi reino. Quiero extender sobre ellos mi cetro de gracia, sólo por compartirles mi amor, para que les ayude en todas sus necesidades.

"¡Qué ocupados están todos ellos ya que no tienen tiempo para mí! No importa... sé lo que haré – iré y buscaré a lo largo y ancho de todo mi reino, nuevos amigos que sabrán quién soy. Ellos se gozarán en mi presencia y me querrán por mí mismo".

Habiendo hecho esta determinación, el rey se despojó de sus ropajes reales y se alejó del palacio envuelto bajo un misterioso disfraz para visitar sus súbditos amados.

LA AUSENCIA DEL REY

L
os ministros del rey que estaban tan ocupados en sus trabajos no se dieron cuenta que el rey se había ido; ni siquiera lo extrañaron. Siguieron en sus propios caminos administrando su reino. Realmente no parecía siquiera que necesitaran un reino.

Durante la larga ausencia del rey de su palacio, él se hizo de muchos, muchos amigos: gente simple, simple, gente pobre... aquellos que no tenían ambiciones personales. Estos nuevos amigos del rey no estaban tratando de hacer grandes cosas para llegar a ser importantes. Ellos pasaban muchas horas con el rey, pero no reconociéndolo como el Gran Rey. Aprendieron a amarlo por la gran persona que era en verdad.

EL REY BUSCA AMIGOS QUE LO AMEN

A medida que iba de un lugar a otro, él iba conquistando nuevas amistades y encontrándose con aquellos que realmente lo amaban y tenían muchas horas para pasar con él. Qué compañía tan deleitosa... qué sabiduría... qué vehemente consolador había resultado ser... qué amigo tan sorprendentemente compasivo... qué magnífica ayuda les daba en sus tiempos de necesidad. Aún los niños se gozaban en su presencia, y a menudo le decían: "eres el mejor amigo que nunca hemos tenido antes... porque eres tan pacífico y alegre, queremos estar contigo". Cuando oímos tus palabras, es como degustar un delicioso manjar, siempre nos fortaleces".

El rey enmascarado (pero feliz), se hizo grandemente popular entre sus nuevos amigos; juntos pasaron muchas horas felices, regocijando junto a una taza de té, o durante una simple comida. No importaba cuán estrecha fuera la humilde habitación o cuán pequeña era la choza de paja y adobe. El rey enmascarado se conformaba simplemente con estar con sus amados amigos. Ya no más solitario, el rey ahora se deleitaba en la amistad con sus leales súbditos. Ahora su corazón se regocijaba, ya no estaba triste y apenado mientras recorría las casas de sus amigos.

Ahora ya podía decir que no se sentía más solitario – a causa del rechazo de sus siervos. Sí, al fin el rey era verdaderamente feliz.

EL REY GOZOSO REGRESA

Después de muchos felices días el rey regresó a su palacio ya que había invitado a sus nuevos amigos a visitarlo. ¡Cómo se sorprendieron cuando se dieron cuenta que "su amado amigo" era el gran Rey que vivía en un espléndido palacio! Afortunadamente, él había establecido una profunda relación amistosa con sus súbditos antes que ellos supieran su verdadera identidad. Así que, ellos lo amaron aún más y no se atemorizaron de él aún cuando ellos descubrieron que era el Rey Todopoderoso. ¡Qué rey tan agraciado, divertido y amoroso resultó ser!

El Rey invitó generosamente a todos sus amigos a dirigirse hacia la ciudad real y vivir con él de manera que ellos pudieran visitarlo siempre y estar en dulce amistad con Él. El Rey cuidaba de sus amados gracias a sus vastos tesoros y toda provisión que había allí. Nunca tendrían que dejarle. El Rey ya no almorzaría solo ya que a menudo lo hacía con sus amigos sentados a su alrededor.

Al fin el palacio del rey se llenó con gente feliz que lo amaban. Oh, ¡cómo lo amaban!... y cómo se regocijaba con ellos! Qué tiempos agradables compartían cuando lo iban a ver, usando el pretexto de tener una audiencia con Él. Cada vez que necesitaban algo o cada vez que sólo querían intimidad, iban y pasaban muchas horas felices con Él. Finalmente se iban, sintiéndose refrescados, renovados y llenos. "El Rey solitario" ya no estaba más solo, porque su pueblo se sentía feliz y quería intimar con Él.

RUMORES

Un día, comenzaron a correr rumores extraños en el palacio:

... pequeños y molestos rumores sobre un cambio grande en el gobierno del reino.

... ligeros rumores de que el rey había tomado algunas decisiones sin precedentes concernientes a su reino.

... sorprendentes rumores de que Él había reorganizado completamente su reino.

... asombrosos rumores de que el Rey quería que su reino fuera administrado sólo por sus amigos.

... rumores placenteros sobre un reino de gente contenta que se sentaba diariamente a los pies de su rey para aprender sus caminos, descubriendo sus leyes y descubriendo los secretos sobre cómo agradarle.

... atractivos rumores de un reino de gente que amaba profundamente a su Rey y le servía sólo por lo que Él era.

... sorprendentes rumores de súbditos que elegían amar y tener comunión con su rey antes que "usarlo" o usar su nombre para levantar sus propios reinos.

... alarmantes rumores de muchos extranjeros quienes habían estado viviendo en el Reino de Luz sin permiso de residencia – quienes habían sido repatriados a su estado original u otros principados.

EL REY AMADO

El rey amigable determinó tener una compañía feliz de amigos cerca de Él en todo momento y tener dentro de su Reino de Luz sólo a aquellos que le servían porque le amaban. Él garantizó a sus amigos la libertad de venir a Él en todo momento del día o de la noche.

¡Nunca, ya nunca estaría nuevamente solo! Después de reorganizar su reino, ya no más fue llamado "El Rey solitario". Ahora él era "el rey amado y rodeado de cientos de miles de amigos dentro de su radiante Reino de Luz".

 

REGRESE AL MENU