REVISTA RHEMA |
TIEMPO DE CRISIS
Por Edward Miller
"Y Moisés respondió al pueblo: ¡No temáis! Estad
firmes y veréis la liberación que Jehová hará a vuestro
favor. A los egipcios que ahora veis, nunca más los volveréis a
ver.
Jehová combatirá por vosotros, y vosotros os quedaréis en
silencio. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a
mí? Di a los hijos de Israel que marchen.
Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo
para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en
seco" (Exodo 14:13-16).
Nos encontramos ante un pueblo en crisis. Por delante de ellos se
extendían las aguas del Mar Rojo, por detrás se aproximaban sus
enemigos.¿Adónde ir? ¿Qué salida había para ellos?
Aparentemente, ninguna; ese pueblo había visto a Dios obrar
reiterada y tremendamente, de manera desvastadora, sobre una
nación que neciamente rehusaba dejar ir al pueblo de Dios donde
Él quería llevarlos.
Entonces, ante la reiterada intervención de Dios, el pueblo de
Israel dejó esa tierra con regocijo y canto. No eran soldados;
no tenían armas; no sabían nada de guerra...Dios los libró.
Luego de todo lo que le había sucedido a esos tercos egipcios,
quizás estarían persuadidos de su derrota. No, no fue así,
allí estaban ellos. Para sorpresa de los israelitas detrás
seguía sus pasos el ejército egipcio; querían probar a Dios
hasta lo último.
Moisés, parado frente al pueblo que lideraba, dijo a los hijos
de Israel: "No temáis". Habló de su propio corazón,
de su propia fe, la fe que Dios edificó en él.
La Primera Clave
Muchas veces nos vemos enfrentando situaciones y tiempos de
crisis, no sabemos dónde ir, a la izquierda o a la derecha;
parece que nada va bien en ninguna dirección. Hallamos
impedimentos en la oración, pedimos ayuda y no recibimos
respuesta. Las primeras palabras en boca de Moisés fueron:
"No temáis".
¿Sabe por qué es tan importante no temer? El temor es el
ladrón de la fe. Si abraza el temor la fe menguará.
En tiempo de crisis las palabras claves son "no
temáis".
Las crisis vienen en esta vida. Usted puede perder el trabajo,
alguien cercano tener un accidente o quizá un problema que
demanda una respuesta.
Recuerde...¡No tema!
En las Escrituras encontramos la expresión "no
temáis" muchas veces. Cuando un ángel traía un mensaje al
hombre, le decía: "No temas". Cuando Jesús se
revelaba, usaba esa expresión. Somos muy propensos al temor.
Somos vulnerables, somos débiles y lo sabemos.
Moisés, desde que vio el arbusto que ardía, la fe ardió en su
corazón; él quería impartir esa fe en el pueblo. No tenía la
menor idea cómo Dios iba a arreglar las cosas, pero creía en
Dios. Tenía un Dios suficientemente grande para intervenir en
esa nueva crisis.
Dios siempre nos sorprende con su intervención y los métodos
nuevos que Él usa. Sin duda la vara fue una de esas formas
nuevas puesta en operación. Fue un milagro que una honda y una
piedra matara a un gigante. Nosotros repetiríamos los métodos
que dieron resultados, Dios inventa algo nuevo cada vez. No
podemos anticiparnos a Dios, Él obra de muchas maneras. He visto
grandes ministerios, hombres y mujeres de Dios, cada uno operando
de manera diferente.
Segunda Clave
A nosotros nos gusta pensar en cómo Dios intervendrá. Sin
embargo, lo único que necesitamos es quedarnos quietos y ver
cómo Dios intervendrá.
Estar firmes en una posición de fe.
"Estad firmes y veréis la liberación que Jehová hará a
vuestro favor".
El pueblo de Israel no vio batalla, pero un ejército estaba
detrás de ellos. No presenciaron la pelea, no vieron a los
ángeles sacar las ruedas a los carros, pero sí vieron la
salvación de Jehová. No vieron lo que sucedía en el mundo
invisible en ese momento, pero sí vieron lo que Dios hizo en esa
circunstancia adversa...presenciaron el milagro del Mar Rojo.
Lea lo que 1 Corintios 10:2 dice: "Todos enMoisés fueron
bautizados en la nube y en el mar". El pueblo de Israel iba
a ser bautizado y no lo sabía. Dios los iba a liberar de manera
extraña. Los hizo pasar por el Mar Rojo. Esto nos habla de la
limpieza de la sangre. Dios dijo: "Verán la salvación de
Dios", no dijo: verán lo que hace Dios con los enemigos.
Verían algo más grande...verían la gracia en operación.
Serían bautizados. Presenciaron el inicio de algo nuevo. El Mar
Rojo que temían cruzar, los salvaría por completo de sus
enemigos. Fueron lavados. Fueron limpiados. Los enemigos no
podrían destruirlos.
La sangre que nos limpia es algo precioso para nosotros, mas para
el diablo es algo terrible. Los cultos que el diablo más odia
son los de arrepentimiento. El odia el arrepentimiento pues para
él significa muerte; no puede contra la sangre.
La batalla es del Señor. ¡Esté firme y esperé¡
Hay cosas que asechan contra nosotros, quieren destruirnos.
Estemos pues firmes con la armadura de Dios.
Nosotros sabemos cómo termina el libro de Job; él no.
Permaneció firme. Siguió creyendo en Dios en toda la
adversidad.
Vinieron las órdenes de lo que el pueblo debía hacer:
"estad firmes". Mucha gente se mueve porque dice:
"Algo tengo que hacer". Sin órdenes no hay que ir
adelante.
¿Hay presión?...Espere.
Cuando yo estaba en el seminario, cambié mi auto por uno más
grande, para llevar otros jóvenes. Dios me dio una palabra:
"El que cree, no se apresurará". Esperé. Había un
cierto auto que yo quería, año 37, ideal para lo que
necesitaba; pero no podía encontrarlo. Pasó un mes y medio.
Pensé que ya había esperado lo suficiente así que encontré
uno del año 36. De tanto en tanto, yo escuchaba las palabras:
"El que cree no se apresurará". "Dios, no me he
apurado", por lo menos yo pensaba así. Compré el auto. Dos
semanas después, leyendo el diario, encontré una propaganda,
justamente el auto que había estado buscando, modelo y año;
estaba más barato que el que yo compré. "El que cree no se
apresurará".
Tercera Clave
Cuando uno tiene una palabra dada por Dios puede moverse de
otra manera. Alguno dirá: "Yo creo en Dios, voy a nadar en
el Mar Rojo". Otro puede decir como Pedro: "Voy a
caminar en las aguas". Esté firme y espere hasta que venga
la orden de lo que tiene que hacer.
Al esperar, leemos en Efesios, "vestíos de toda la armadura
de Dios". No se quede firme sin armas. No se quede firme sin
estar preparado. Parte de esa armadura es defensiva. "Para
que podáis estar firme contra todas las asechanzas del
Diablo".
"A los egipcios que ahora veis, nunca más los volveréis a
ver. Jehová combatirá por vosotros, y vosotros os quedaréis en
silencio", dijo el Señor.
¡Silencio!
Cuando el diablo le habló a Jesús...Él lo hizo callar.
Cuando marcharon alrededor de Jericó...Dios ordenó silencio.
Cuando hablamos, el temor entra y destruye la fe. Si está en una
lucha no lo comparta con su vecino, tenga misericordia de él. No
comparta lo que piensa, el enemigo lo va a usar. No puede
quedarse quieto cuando comienza a hablar. Si no puede hablar de
esperanza y fe, entonces, cállese. No solamente porque el otro
escucha, también usted escucha. Poder hablar es algo poderoso,
muy poderoso, aún más cuando es mentira e hipocresía. Los
políticos están llenos de mentira e hipocresía, sin embargo,
por el hecho de hablar, consiguen votos.
Si está en una crisis, no hable...callé...espere en Dios.
Jesús dijo: "Mi paz os dejo". Jesús nos da su paz.
Puede tener paz adentro y también sus labios estar en paz.
La guerra no es solamente tirar tiros o pelear con espadas,
estamos en lucha espiritual y nuestras armas no son carnales,
así que aprendamos cómo defendernos, cómo movernos en la
esfera espiritual.
Repasemos las tres enseñanzas impartidas por el varón de Dios
al pueblo en tiempo de crisis:
¡No temáis!
¡Estad firmes!
¡Silencio!
Primera Orden
Ahora veamos lo que Dios dijo al pueblo (versículo 15).
Hay tiempo para orar y clamar, y tiempo de abstenerse. Este no
era un tiempo para orar sino para hacer algo.
"Di a los hijos de Israel que marchen". Que vayan para
adelante a lo imposible.
Ellos iban a confiar, no serían derrotados. Tal como los tres
jóvenes hebreos que, al entrar al horno de fuego, cayeron en los
brazos del Dios Todopoderoso.
Quizás diga: "Moriré".
Muérase, pero morirá yendo para adelante y no para atrás. Yo
quiero la flecha en mi pecho, no la quiero en mi espalda.
David corrió hacia el gigante, no comenzó a pensar: ¡qué alto
que es!; ¡qué grande! Corrió hacia lo imposible.
Jesús fue hacia Jerusalén. Allí le esperaba la cruz.
El pueblo marcharía y Dios se encontraría con ellos. Marchamos
y Dios se encuentra con nosotros. Dios nunca lo llevará a la
destrucción. Si va a donde Él lo manda, irá de victoria en
victoria, de gloria en gloria.
Segunda Orden
Dios dijo a Moisés:Alza tu vara, y extiende tu mano hacia el
mar, y divídelo.
La vara nos habla de disciplina. El pastor corregía las ovejas
con la vara, no con la mano. Dios le pidió a Moisés que la
levante sobre el Mar Rojo. El mar nos habla de la masa de
humanidad. Hay un pueblo de un lado y otro lado de la rivera;
unos que van a salvación y otros a destrucción. Dios estaba
enojado con sus enemigos. Cuando Dios se levanta en guerra...se
levanta en ira. Dios dijo a los babilonios que serían destruidos
con la vara de su ira. Dios está enojado con sus enemigos. Toda
la matanza de bebés que hay en nuestros días, también tendrá
un día de juicio. Mientras tanto, Dios espera...
Dios odia a sus enemigos y a veces le dirá: ¡Levanta tu vara!
Hace unos años ya, estaba yo en una iglesia en Oregón, escuché
un extraño testimonio. Un joven había regresado de la
universidad, tomaba por costumbre regresar tarde a su casa. La
madre, cristiana, vez tras vez le preguntaba a qué hora
regresaría. Orando por este hijo, el Señor le dio esta
escritura: "Azotes para las espalda de los necios",
Proverbios 19: 29. El muchacho esa noche regresó tarde.
Cuando entró, la madre le dijo:
-Llegaste tarde.
-Sí- contestó el joven.
-Me diste tu palabra que llegarías a un horario prudente.
Sácate la camisa.
-¿Para qué?
-Sácate la camisa, te voy a dar unos azotes.
Se despertó el marido y él mismo terminó lo que su esposa
había comenzado. El próximo domingo estaba en la iglesia y sus
propios labios daban testimonio: "Mi mamá me ama, levantó
la vara porque Dios se lo dijo".
Los egipcios tipifican los enemigos; el Mar Rojo la sangre de
Cristo. ¡Levanta la vara! Un camino imposible fue hecho fácil.
Estamos en guerra, hay órdenes claves, no hay que temer. Hay que
estar firme, marchar hacia adelante, levantar la vara contra el
enemigo y Él dará la victoria. ¡aleluya!