REVISTA RHEMA

LA HERENCIA DEL ESPIRITU

"El Espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida"( Job 33:4).

Todo hombre debe estar orgulloso de un buen linaje, de un linaje cuya característica fue la bondad.

El valor no esta en el origen, sino en la herencia. Las cualidades de mis ancestros serían nada, si no tendieran a ser transmitidas; es el presente y no el pasado que les da peso.

Nuestra vida es siempre el soplo del Espíritu que nos creó; los rasgos de los padres reaparecen en los hijos. En un lado tenemos toda una herencia espléndida. En el lado de nuestra Madre Naturaleza tenemos mucho por sufrir. Somos hijos de la carne y la carne es débil. Pero también tenemos un origen de nuestro PADRE, y nuestro Padre es el Espíritu. Tenemos una herencia que va hacia atrás, mas allá de la naturaleza, mas allá de la maternidad, mas allá de la carne. Tenemos un pedigree más viejo que las montañas, más viejo que las estrellas, más viejo que el universo. Venimos de una buena raza; somos las ramas de un gran árbol genealógico; somos vástagos de una cosa noble,

una cosa no hecha con manos, eternal...los cielos.

La Naturaleza es el padre de nuestra carne, pero lo Divino es el PADRE de nuestro Espíritu. El Espíritu de Dios nos creó y el soplo del Omnipotente nos ha dado vida.

Alma mía, ¿tienes dentro tuyo los rastros del origen celestial?

No es suficiente que puedas probarlo en el libro de registros; no hay nada para estar orgulloso de ningún linaje el cual no está en ti. No es suficiente citar un texto de la Biblia para probar tu descendencia divina; si tu linaje es de algún valor, eso que desciende a ti no debe ser un texto sino una cualidad. ¿Tienes dentro tuyo las cualidades del PADRE ? ¿Puedes apuntar a algo en tu ser el cual nunca pudo venir a ti por la Madre Naturaleza? ¿ Tienes momentos más altos que lo físico?; momentos de fe, de aspiración, de amor, de oración ¿Tienes tiempos en los cuales los reinos de este mundo no tienen gloria ?

¿Tienes vistazos desde la cumbre del Nebo, donde tu juventud es renovada como las águilas, donde tus ojos cesan de ver difusamente y tu fuerza natural no disminuye? Entonces tienes una profecía inmortal. La premonición de tu futuro es la voz de tu pasado. La promesa de tu destino es el eco de tu origen. Tú irás a Dios porque vienes de Dios. Tu esperanza de eternidad es el conocimiento de que tu vida es el soplo del Omnipotente, y tu vida es el soplo del Omnipotente porque el Espíritu de Dios te ha creado.

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