REVISTA RHEMA

POESIA DE UN PRISIONERO DE LA DROGA

En un mundo de colores

me envolviste y soñé

que había hallado la felicidad,

pero cuando me quise dar cuenta,

mi vida atrapada estaba

por la triste realidad.

Droga que abatiste mi alma,

todas mis fuerzas me robaste

y con mis huesos ya podridos

tus dientes me clavaste.

En pedazos hiciste mi vida,

en despojos mi corazón,

me llenastes de tanto odio

que perdí incluso la razón.

Muerto en vida caminaba

en una triste desesperación,

luchaba contra tu imperio

pero te amaba con dolor.

Dolor que hice a los que amaba

sin apenas poder evitar

me acompañaba cada noche

con lágrimas de rabia,

impotencia y malestar.

La mano izquierda te anhelaba,

la derecha te rechazaba

y mi mente media loca

no sabía bien lo que pensar.

íQue triste cuerpo viejo!

como la flor marchitada sin vida,

mi aliento yacía cada día

en este túnel sin salida.

Mi cuerpo enfermo,

mi mente nublada,

mis huesos quebrantados

y mi sangre adulterada.

Eres una canción muy triste

que apenas se puede bailar

pero se introduce en el alma

y no cesa de sonar.

Melodía de la muerte

que me haces temblar

resuenas en mi cabeza;

gusanillo te suelo llamar.

Pero mi esperanza en CRISTO

que de tu red me libró,

quebró todas mis cadenas

y me cubrió con su perdón.

Ahora no lloro, ni sufro, ni tiemblo,

ahora canto, río y gozo

para Cristo mí Salvador

que de tus garras me liberó.

No me fiaré más en tu brillo

pues sé que es oscuridad,

sin embargo la Luz de Cristo

resplandece en la eternidad.

No oigo más tu triste canción

Cristo cambió la melodía,

cambió mis lágrimas por risa

y mi llanto en alegría.

ALEJANDRO PISA MANZANO

Prisión de Villalbona Módulo 5, Asturias. Espana

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