M I R A
Miré, escuché y vi....

LIBRO I: Visiones dadas a Anny
(Contadas a R.Edward Miller)

PREFACIO

Desde el tiempo del hermoso caminar con Dios del primer hombre en Su jardín de comunión y su abrupto fin, a causa de la desobediencia escogida voluntariamente, los hijos de Adán han estado tratando de recobrar esa hermosa comunión perdida. Después de intimidades de amante comunión el Dios Santo tuvo que echar al hombre, a quien había creado y destinado para Sí mismo. La "espada ardiente" en las manos de los querubines, todavía guarda el camino hacia Su verdadera Presencia.
La criatura fue creada para amar, adorar y bendecir al Creador. La inhabilidad para hacerlo, ha frustrado y atormentado a la humanidad desde aquel día que se apagó la luz. Los débiles esfuerzos religiosos del hombre para derribar esta pared de separación han producido los numerosos sistemas religiosos de nuestro día. El hombre ha rehusado firmemente reconocer que fue su pecado de desear, actuar y vivir independientemente de Dios que ha levantado esa barrera.
El verdadero cristianismo es la presencia de Dios otra vez con el hombre. Este es el gran propósito revelado en las Escrituras del Antiguo Testamento y culminado en el Nuevo cuando Jesús vino. Dios nos amó tanto, que Él vino en Cristo, y en Su vida, muerte y resurrección, Él restauró al hombre a Sí mismo, colocándonos como hijos en una nueva esfera celestial. Por medio de un nuevo nacimiento, o sea una nueva creación, Dios viene al lugar que Él ha preparado para Sí mismo en nosotros.
El precio para obtener y vivir esta vida santa, gozosa, victoriosa y llena de adoración es tan alto, pero a la vez, muy sencillo para Él. Todo es ofrecido gratuitamente en Su gran gracia, pero nada eterno es barato. Su muerte de obrar en mí diariamente, debe haber una disciplina en la mente y el cuerpo. Debo aprender la sujeción de todo lo natural mío en una búsqueda ferviente del Señor mismo. Tendrán que venir las revelaciones horribles de mi pecaminosidad que me llevarán a humillarme en profundos quebrantamientos a Sus pies. Luego habrán, a menudo, las circunstancias dolorosas ordenadas por el Maestro para quitar mi carnalidad que se opone a Su perfecta voluntad.
En la medida en que yo llegue a conocer los profundos quebrantamientos a Sus pies y delante de mis hermanos, en arrepentimientos honestos de mis caminos perversos delante de Él y los hombres, el Señor hará fluir dentro de mí, Su propia vida y amor. También me enseñará cómo ponerme sus hermosas vestiduras de santidad, alabanza y adoración.
Esto está vívidamente manifestado por esta joven creyente a quien el Señor diariamente se está revelando, como estas visiones lo demuestran. Desde su reciente contacto inicial con el Señor Jesús le fue dado un intenso deseo por Él mismo, hasta que ha llegado a ser un ferviente anhelo diario y disciplinado que culmina en horas de búsqueda hasta que Él puede revelarse a Sí mismo en Su gran amor hacia ella. En ningún momento ella está buscando visiones ni Sus bendiciones, sino tan sólo a Él mismo, para amarle y adorarle.
El propósito más alto del Señor es tener un pueblo traído a Él para gozar una alta y santa comunión de amor, tan íntima que para nosotros sólo puede compararse con la unión matrimonial. Él escoge de entre los viles y menospreciados de este mundo, a aquellos que se reconocen ser grandes pecadores a sus propios ojos y a los de Él, quienes a través de una experiencia personal tras otra con el Señor, son limpiados, librados y traídos a Él.
El Señor obrará celosamente de cualquier manera, para desatar a Sus escogidos de lo que les roba tiempo y atención para Él. Esta es la Esposa por la cual Él vino para santificar, vestir y presentarla a Sí mismo sin mancha ni arruga.
El mismo Señor aún ahora, en una manera muy real, se está extendiendo en tiernos y santos anhelos por los Suyos. Al mismo tiempo ha sido puesta en movimiento la tremenda actividad de Dios para poner a todos Sus enemigos debajo de Sus pies, para separar los Suyos para Sí mismo. Estas visiones demuestran el uso de tremendas operaciones de toda clase, tales como: circunstancias adversas, aflicciones, persecuciones, fuerzas diabólicas y señales sobrenaturales. Todo esto es tan abundantemente confirmado por las Escrituras.
El significado peculiar de estas revelaciones es que estos son ¡los últimos días del reino del hombre! Más claramente que nunca antes, Él está diciendo: "!Prepárate ahora! ¡Termina con toda actividad que no es totalmente de Mí, por y para Mí!".... Especialmente las actividades religiosas.
¡Que el arrepentimiento y un espíritu quebrantado delante de Él sea el lugar normal donde prorrumpa el amor. Que seas revestido con Cristo y Su amor transformador y cubridor. Que el amor sea la motivación de todo, porque Dios es amor!
¡Despierta! ¡Despierta! Porque estos avisos son para la Iglesia profesante!
"No todos los que dicen: Señor, Señor"... entrarán... ¡Ni aún todos los que hacen milagros!
"Ninguno puede venir a Mí, si el Padre no le trajere..." "Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada."
"Debes probarte a ti mismo si eres un verdadero creyente o no. ¡Examínate a ti mismo! ¿O no sabes que Jesucristo está dentro de ti si no puedes aguantar la prueba?" (Weymuth).
"Porque el gran día de Su ira ha llegado, ¿y quién podrá estar en pie?"
"El juicio ha comenzado en la casa de Dios."
Aunque estos vistazos del otro mundo no son para enseñar doctrina, sin embargo, confirman los caminos y principios de Dios. Pero para aquellos que mantienen rígida y religiosamente ciertas opiniones doctrinales particulares, estas visiones quizás les resulte alimento demasiado fuerte.
El verdadero propósito y contenido espiritual en estas escenas celestiales están escondidos de los sabios religiosos y revelados a aquellos que son niños en espíritu. A esta compañía elegida le ha sido dado un vistazo del Señor y Su gran amor. Como resultado, éstos han sido compungidos por el terrible sentir de su propio pecado y total incapacidad sin Él. Sin embargo, enamorados de Aquel que es "señalado entre diez mil", ellos están siendo preparados y enseñados por Él en Sus caminos y principios divinos.
Por medio de oración y contemplación de estas visiones de los últimos días, estos enamorados y niños en espíritu, encontrarán benditas invitaciones y confirmaciones que los llevará a "la casa del banquete" de Aquel que es "todo codiciable" y podrán decir: "Su bandera sobre mí es amor".
"...Porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella le fue dado que se vistiese de lino fino blanco, resplandeciente y puro: porque el lino fino blanco es la perfecta justicia de los santos." Apoc. 19: 7,8.

JACK SCHISLER


I N T R O D U C C I O N

Habiendo llenado a esta joven con Su Espíritu, Dios le dio un espíritu de niña muy singular y una gran sed espiritual por Jesús mismo. En respuesta a su sed, Él comenzó a llamarla aparte, hacia Su mundo. Mientras estaba en oración buscando Su rostro, derramando su corazón ante Él, amando y adorándole en profundo quebranto de espíritu, de pronto, sin ninguna sensación previa, se encontró instantáneamente llevada a su mundo celestial.
Maravillosas cosas de los cielos le fueron mostradas y cosas gloriosas para ella le fueron enseñadas personalmente, mostrándole lo que ha de venir; cosas concernientes a la Iglesia y Sus tratos con otras vidas. Muchas cosas son demasiado personales y altas para ser dichas. Todas son rebajadas y casi destruidas al ser puestas en palabras y expresiones humanas.
Aún sintió gran dolor en narrármelas a mí, su pastor, pues le era sumamente difícil traerlas al lenguaje y pensamiento humano. El Señor mismo le ordenó contármelas y lo hizo en simple obediencia, pero con gran temor y muchas lágrimas y con el sentimiento de total incapacidad de encontrar medios de expresión para cosas tan altas, tan santas y tan totalmente diferentes a todo en este mundo. Sí, sólo una idea vaga puede transmitirse por estas palabras. Aún porque envuelven cosas futuras concernientes al mundo y Su Iglesia y, siéndome dada la responsabilidad de recibir estas cosas directamente de ella, siento compartir algunas de ellas.
Merece recordarse que esto comenzó directamente después de su conversión de un mundo pagano, en el cual no tuvo tiempo de instrucción escritural, excepto en lo más básico para su conversión. Por eso ninguna de sus visiones está basada en un conocimiento previo de las Escrituras, de cosas que, a veces, son tan exactamente paralelas. He tenido mucho cuidado de examinarlas todas a la luz de mis varios años de experiencia y conocimiento, tanto escritural como espiritual, y las encuentro genuinas. No son para ser defendidas ni traídas como un sueño extraño pues todo el tono espiritual, tanto del recipiente como de la visión misma, las eleva a un lugar de importancia en exponer algunas cosas escondidas en este último día y siglo. No sólo esto, pero el cambio radical operado en el carácter, personalidad y unción espiritual, testifican de la validez de los caminos altos en que el Señor mismo viene a enseñarle. El que tiene oídos para oír, oiga.
Ella es llevada hacia los lugares celestes y le son mostradas escenas en las que participa y conversa con el Señor, quien se revela en manifestaciones constantemente cambiantes. También, a veces, conversa con las huestes de muchas clases de seres celestiales, que ocasionalmente le hablan directamente o conversan con su Señor. Muchas cosas que oye y entiende, no puede recordarlas en su mente natural cuando es traída nuevamente del trance. Cuando está en uno de esos trances, no hay maneras ni ruidos exteriores capaces de hacerla volver, hasta que el Señor la suelta. Muchas otras cosas, sin embargo, le son permitidas traer y contar, de aquello que oye. De todos modos, de las cosas dichas y olvidadas, el Señor le ha prometido que cuando Él esté listo y llegue el tiempo oportuno, las recordará y las dirá.
Estas cosas me fueron dichas con mucho dolor y muchas lágrimas, mientras el temor del Señor estaba aún sobre ella y la gloria de la visión la llenaba tanto, que el habla era a veces muy dificultosa, además estas visiones han sido cuidadosamente revisadas por ella, porque tiene un santo temor de equivocarse o hacer algún error o contar una palabra de Él, o un detalle que no fue visto o descrito exactamente como las palabras humanas pueden contar. Generalmente habían pasado varias horas antes de poder hallar un tiempo de quietud para conversar, ya que después del culto de la noche y después de la cena, nos reuníamos en nuestro hogar, y allí, trabajosamente y llena de lágrimas, ponía en palabras humanas estas cosas altas y santas.
Ella dijo que antes de contarlas quedaron profundamente en su ser, ni siquiera en su memoria, como ella podía recordar otras cosas, pero que, en alguna manera cuando se esforzaba, parecía que las podía ver en lo profundo de su ser como si fuera reproducidas otra vez. El Señor le dijo que contara estas cosas y también que Él vigilaría si eran correctamente relatadas. En una oportunidad, retuvo una parte difícil y no pudo dormir sintiendo una profunda condenación, hasta el día siguiente cuando pudo aliviar su alma.
De todos modos, una vez dichas, vienen a su mente natural y luego puede hablar de ellas todo lo que desea, sin ninguna dificultad y bien objetivamente. Pero, la primer narración es totalmente subjetiva, poniendo en descubierto su mismo ser interior y siempre es necesario orar juntos para que encuentre fortaleza y maneras posibles de traer estas cosas a la luz de nuestro mundo. Casi siempre se abstiene de conversar o aún pensar de estas cosas, y vive una vida normal, vivaz y feliz aparte de todo esto. Nunca hay ni la más leve ostentación, ni tratar de hacerse notar al traer a la luz esas cosas, pero por el contrario, lo hace con gran lucha interior, temor y humildad, lo cual constituye otra marca cierta de su veracidad.
El lenguaje utilizado es muy limitado y sencillo. Son sus propias palabras. Por esta razón y por la manera emocional y subjetiva en que son traídas a la luz, se darán a veces, expresiones no literarias y un tanto rígidas. Este, no es un intento de escribir un libro, pero más bien dar cabal informe de cosas mostradas gráfica y maravillosamente a un simple corazón de niña, que es demasiado nueva en Él, como para haberlas oído o leído antes.

ALGUNAS OBSERVACIONES

Unas cuantas observaciones de lo que le es mostrado, pueden ser de ayuda. Ella es llevada a un mundo donde todas las cosas están con vida. Lo explica como si la vida es tan manifiesta, aún en árboles, piedras, agua o materiales, que sería como si el cuerpo humano fuera transparente y los procesos mismos de vida, fueran visibles interiormente. Pero aún esto es una pobre comparación pues la vida en aquel mundo es totalmente diferente del nuestro.
Todas las cosas son de luz; la irradian. Están bañadas en ella y la calidad y cantidad de esta luz, tiene mucho que ver con el orden de seres celestiales que son, o con el orden de importancia. Es una luz tan vasta, diferente de la del sol, que ella es incapaz de encontrar alguna manera de describirla. Esa luz vive, se irradia, pulsa; es suave, aunque sobrepasa el brillo del sol o estrellas.
Todas las cosas son delicadas y suaves allí, nada es áspero ni tosco. Todas las cosas son muy dulces y se hacen querer. No causan reacciones ásperas, ni despiertan ningún temor de horror o de alguna cosa monstruosa, aunque todo es tan diferente a cosas y seres vistos en este mundo. Todo está en una perfección armoniosa y en una perfecta consonancia una con otra. Nada choca, nada está desordenado. Nada está sucio, marchito o manchado, aún los trabajos, están hechos en perfecto orden y sin desperdicios.
Todo es de la mayor pureza y perfección. Allí hay una total santidad. Tan puro y santo es todo, que cada cosa es abierta y transparente. Ninguna cosa, ni ningún ser, tiene de qué esconderse o temer; tampoco habría allí ningún escondrijo. Ninguna naturaleza maligna puede existir en ese lugar. La santidad es evidente en cada ser, desde el más pequeño, hasta el más alto.
Cada movimiento, cada palabra, cada cosa y partes de cosas, o seres, poseen armoniosa unidad y perfección. Cada uno irradia gran dulzura allí. El amor es tan frecuente y constantemente manifiesto y de tan variadas maneras, que dondequiera, es la nota dominante de cada cosa. Es un amor lleno de gozo y armonía, manifestado constantemente.
Cada vez que ella va allá, es recibida con pleno gozo y gran ternura. De los seres angélicos fluyen pureza y bondad en forma constante; pureza de pensamiento, de acciones, de toda intención, en bondad. Su risa y gozo es tan celestial, que no puede encontrarse comparación acá. Todos carecen de cualquier tipo o clase de burla, ridiculez o mofa. Aún cuando formula preguntas que suenan tan tontas, se ríen tan amablemente que nunca se siente rechazada ni herida en lo más mínimo. Lo describe como una clase de risa nunca vista en el mundo del hombre, imposible de imitar o describir. Llenos de amor puro y gozo, ternura y dulzura, los seres no causan ni miedo ni vergüenza.
Todos los desplazamientos, ya sea volando velozmente con alas extendidas o en alguna otra forma, son movimientos con gran velocidad pero con suavidad y armonía. Nunca hay movimiento repentino o improvisado. Cada uno parecería planeado de antemano por alguna gran voluntad y sabiduría que armoniza todas las cosas.
Los ángeles se ríen, hablan y conversan entre ellos, con Jesús y, a veces, con ella, pero nunca le ha sido permitido recordar palabra alguna de lo que los ángeles le han hablado. A veces, tienen alas y son de diferentes clases. Ha podido ver distintas clases de seres angelicales y de varios órdenes de importancia. Algunos son obviamente mucho más altos que otros y todos parecen estar relacionados a sus varias funciones, como se verá por las visiones referidas.
Aún a pesar de todo, ni uno de estos gloriosos seres es comparable con Jesús mismo. Él es tan resplandeciente y su amor es tanto más alto que el de ellos, que pierden importancia y muchas veces, aún el interés por ellos. Uno está consciente de que están presentes y nada más. Todos y cada uno de ellos palidecen muchísimo al lado de la incomparable gloria de Jesús mismo, así como las uvas hermosas de un maravilloso parral que rodean a unos amantes pierden importancia en la presencia de ellos.
Los seres angelicales son siempre iguales, de acuerdo con su clase y sus funciones, pero Jesús se revela en formas y hermosuras siempre cambiantes. Tampoco Él se revela en toda su plenitud en un momento dado, pues le dijo a ella que no podría soportar la plenitud de dicha revelación en este tiempo.
La importancia de las muchas visiones ha ido siempre en aumento y son cada vez más complejas, hermosas y de un orden celestial cada vez mayor. Hasta la fecha le han sido concedidas muchas otras visiones, pero siento que no es el tiempo oportuno para compartirlas. Otras serán contadas en parte para demostrar alguna faz especial de las cosas celestiales. Es importante notar que cuando les son mostradas varias escenas que constituyen la parte esencial de la visión, no puede ver nada hasta que el Señor le ordena que mire. Cuando mira por vez primera no ve nada, perro cuando Él le dice que mire la segunda vez ella está capacitada para ver lo que Él desea que vea.
La mayoría de las sustancias que le han sido permitido tocar, tienen forma, consistencia y luz, además de vida. Ella podía tocarlas y llevarlas si eran lo suficientemente pequeñas, pero también podía atravesarlas con su mano sin destruir su forma ni su sustancia. Dijo que se podría comparar en algo así como pasar la mano a través de un rayo de luz que tiene cuerpo, pero que al mismo tiempo, se podría levantar y llevarlo consigo si así lo desearía.
Encontró, además que en sus primeras visiones ella era visible, cuando fueron dadas en las primeras esferas del cielo. Pero era excesivamente pequeña (de aproximadamente dos centímetros y medio de altura) pero perfectamente formada. Esto la turbó, así que le preguntó al Señor por qué era tan pequeña. Él le contestó que no era porque ella se había empequeñecido, sino más bien que era de su tamaño normal, pero que los seres angelicales eran tan grandes. Cuando las visiones fueron llevadas a las esferas más altas, encontró que las cosas allí eran tanto más poderosas y grandiosas que ella desapareció por completo, y llegó a ser totalmente insignificante y sin importancia alguna. Sin embargo, esto no le causó temor, ni incomodidad, porque no perdió ninguna de sus habilidades de conocer, sentir, comprender ni participar.
Cada vez que ella salía de allí, el Señor le daba una porción breve y especial de las Escrituras para que la estudiase.

R. EDWARD MILLER

EL RELATO DE ANNY

Abril de 1949. Este fue el mes en que el avivamiento comenzó en Mendoza y el mismo mes en que Anny nació. Criada en un hogar culto, todo marchaba bien hasta que tuvo 16 años. En esta edad entró en un estado profundo de rebelión y alejamiento de su familia. Yendo a un mundo de pecado llegó a ser actriz en el teatro donde ascendió hasta ser estrella de su compañía.
A pesar de tener todo lo que quería dentro de una familia pudiente y de poder hacer lo que quería, todavía no había encontrado ni amor ni felicidad. Era perseguida por viles espíritus de suicidio; intentó quitarse la vida cuatro veces y sólo fue salvada porque Dios así lo había ordenado. Llena de profunda rebelión y sin reposo, con ansiedades consumidoras, sufrió inexplicables angustias y temores. Su problema fue complicado por tumores cancerosos en su cuerpo que le producían mucho dolor. Por muchos meses casi no podía comer nada y a menudo estaba en intenso dolor mientras representaba sus roles en el teatro.
Buscando ayuda en la medicina y en la psiquiatría, su familia gastó una pequeña fortuna sin éxito. Su desesperación creció hasta ser insoportable, después de haber agotado todo medio de ayuda.
Justamente en este tiempo, una prima la invitó a acompañarle a cierta iglesia un domingo a la mañana. Por complacerla accedió a ir pero fue con un alto espíritu de rebeldía, vestida de una manera frívola. Cuando entró, ella desafió al pastor a que la echara y le mostró claramente que no pensaba aceptar de ninguna manera, nada de lo que él quisiera decirle.
Sucedió que yo visitaba esa iglesia esa mañana, y cuando el Espíritu Santo comenzó a mover sobre la gente, el Señor me envió a orar por esta extraña persona que había entrado a una iglesia evangélica por primera vez en su vida. Siendo agnósticos totalmente, ni ella, ni su familia sabían de Dios o la Biblia. Sin embargo, desde el primer momento Dios extendió Su mano sobre ella. Postrándose en profundo arrepentimiento, Anny encontró el primer alivio que jamás había conocido. Volviendo a otros cultos fue parcialmente liberada, pero cuando ella volvía a su hogar todos sus problemas volvían a recrudecer como antes.
Un domingo por la mañana, varias semanas después, Dios me dijo que Él iba a traerle al culto aquella noche y que yo debía insistir en que ella volviese conmigo a Mar del Plata, pues no podía recibir completa liberación en aquel lugar.
"!Qué orden sorprendente!"- pensé dentro de mí, porque ni siquiera sabía el nombre de la joven. Hablando con ella aquella tarde llegué a saber que su nombre era Ana María; extraña combinación, ya que Ana significa "llena de gracia", y María, "amargura y rebelión". Cuando le pregunté, quedó atónita ante la audacia de mi demanda y presentó todas las excusas posibles para no tener que ir. Pero mientras ella hablaba conmigo, me contó después, que cada excusa fue refutada por una voz quieta dentro de ella que la convenció que era posible ir.
Subrepticiamente preparó su valija y la sacó de la casa a escondidas. Silenciosamente salió a la mañana siguiente sin despedirse de nadie.
La primera noche en Peniel, Dios le tocó, librándole de todas las opresiones y temores del enemigo, del espíritu de suicidio y de todas las demás fuerzas del infierno que habían atado su vida. En gran alabanza, alta adoración y fuerte fe, como sus armas, el estudiantado, junto con sus pastores se juntaron gozosa y ferozmente para la batalla. Aquellos que habían rugido contra el Santo Hijo y Su Espíritu fueron conquistados. Los espíritus malos y viles huyeron ante la luz y gloria de Su Presencia mientras ella gritaba: "!Soy libre! ¡Siento que todos han salido!" Y en verdad, estaba libre.
La próxima noche, mientras cantábamos "Preciosa sangre", el Espíritu Santo llegó hacia ella en un glorioso nuevo nacimiento. Gloria, paz y gozo fundieron su alma y la fe se ancló en el raudal de sangre. Radiante de gozo, empezó a cantar, bailar y glorificar al Señor. En éxtasis el Señor le transportó a las esferas celestiales donde ella se encontró ascendiendo por estratas de luz y tinieblas hasta llegar a la plenitud de la luz.
La próxima noche siendo un vaso limpio y vacío, fue llenada con el Espíritu Santo. Dios movía sobre ella en ondas de gloria, de tal manera que fue llevada otra vez a Su Presencia y brotaba en risas. Esta que anteriormente estaba tan llena de angustia, ahora estaba tan llena de risa, que todos reíamos con ella. Cantaba coros con todos los demás como si los hubiera conocido siempre, aunque nunca los había oído.
Libre, limpia y llena de la gloria de Dios oraba por uno u otro necesitado, aunque nunca tuvo antes conocimiento de la unción que fluye hacia otros. Instintivamente sabía, o mejor dicho, fue obediente al impulso del Espíritu Santo en su interior. A través de esto hubo una hermosa liberación.
Tres semanas después, Dios vino a ella y empezó a sanar su cuerpo. Su fuego se derramó sobre ella en dos sesiones durando en total diez horas. Literalmente fue operada por Él, quien sacó de su cuerpo grandes cantidades de putrefacción y parte de un vil tumor que había en ella. Finalmente fue casi ahogada por una materia dura y blanca semejante a una pelota de goma de 10 a 12 cm. de diámetro. Parecía que no podía despedirla por su garganta, pero el fuego de Dios siguió creciendo dentro de ella de tal manera, que la joven que le acompañaba sintió su ardor al tocarla. De repente, con un gran esfuerzo que ella hizo, este tumor literalmente saltó por su garganta y su boca con un ruido explosivo. Mediante la operación del Cirujano Divino sobre su pequeño cuerpo salieron cuatro litros de pus con ramificaciones de tumores cancerosos.
Desde el principio, su vida fue una vida de rendirse a Dios totalmente, llena de un amor consumidor hacia su Salvador y acompañada por un deseo insaciable de buscar su Presencia diariamente.
El Señor nos dijo desde el principio que éste era un vaso frágil, muy especial y que Él tenía propósitos y ministerios para ella. Desde el principio le llevó a Su mundo y allí le mostró cosas del más allá. Las visiones y éxtasis continuaron por un tiempo antes que nos diéramos cuenta que ellas eran más importantes que las visiones comunes que Él da a muchos de Sus hijos de vez en cuando. Buscando desde el comienzo al Señor y dando más tiempo a la oración privada y aparte de los cultos regulares, Dios comenzó a llevarla en éxtasis al mundo celestial mostrándole muchas cosas.
Al principio le fueron mostrados hechos específicos que iban a ocurrir en este mundo en el futuro y a su debido tiempo se cumplieron tal cual le había sido mostrado.
Al final Dios me habló para que escribiera todo esto y lo hice en obediencia a Su mandato. Me di cuenta que Él nos estaba hablando en esta nueva y única manera.
Es de notar muy especialmente que Anny nunca había leído la Biblia antes de llegar a nosotros, ni tampoco había recibido enseñanzas religiosas de ninguna clase. Su falta de conocimiento de todo lo referente a Dios era total. Sin embargo, las visiones son extraordinariamente exactas en conformidad a las enseñanzas bíblicas. También es bueno hacer notar que ella nunca viene voluntariamente o exaltadamente a contarlas, ni tampoco demuestra ningún orgullo. Al contrario, con un desgano extremado y aún con muchos temores, angustias, grandes dolores y muchas lágrimas, trae estas cosas a la luz. tampoco puede decirlas en una manera liviana. Solamente después de un tiempo de oración mientras la Presencia de Dios se acerca, puede aguantar hablar de ellas. Son demasiado altas y santas para que pueda tratarlas casualmente o ponerlas en pensamientos o idioma de los hombres. Aunque estas cosas son traídas a la luz con mucha angustia y dolor como si fuera de parto, hay un "tengo que hacerlo" del Señor, puesto sobre ella. Evitaría el contarlo si pudiera, pero no puede. También desearía quedarse en las regiones celestiales y no volver, pero al pedir del Señor esto, le dijo que le había sanado porque quiere que quede aquí a cumplir un trabajo para Él.
Teme grandemente errar en una de estas cosas, sabiendo tan poco de la Biblia, doctrina o religión. Sufre grandes temores hasta el pánico pensando que en alguna manera se hubiese equivocado en algo, pues con mucho temor las trae a la luz para que puedan ser probadas. El Señor le dijo que tiene que relatarme todas estas cosas con todo detalle para que puedan ser juzgadas y aprobadas. Así lo hace, resultando ser de lo más transparente.
En los primeros días después de su conversión, las visiones no tenían ninguna significación para ella; no podía entender el simbolismo de ellas, siendo que no sabía nada de las cosas de Dios, lo único que sabía era lo que vio y oyó en las regiones celestes, y además, que Él se las había mostrado a ella y que le ordenó contarlas a nosotros.
Aún esta ignorancia le trajo sufrimiento pero ahora ha progresado de a poco en sus conocimientos; hasta que ya hay entendimiento de lo que Dios le muestra, teniendo también visiones sobre personas, lugares e iglesias. Habiendo viajado con nosotros para ministrar a iglesias y habiéndole Dios mostrado específicamente acerca de ellas, ha traído mucha bendición.
Anny es una niña amorosa, más bien bonita, pero ignorante en el terreno religioso. El Señor ha puesto Su mano fuertemente sobre ella. Esta que antes fuera tan rebelde que hasta asombró a los psiquiatras, ahora, es tan obediente y sumisa a sus pastores que nosotros somos ahora los sorprendidos y maravillados.
En obediencia a la palabra de Dios dada a nosotros, la hemos adoptado en nuestro propio hogar como hija y hemos vigilado su vida desde el punto de observación más cercano; o sea el hogar, y todavía resulta ser justo lo que es, una profetisa y vidente enseñada por el Señor trayendo Su palabra con mucho temor y temblor.
Es tan temerosa de errar o equivocarse en alguna manera, que no ha habido lugar para autoenorgullecerse o para la auto-exaltación. Dios le ha protegido de esta tremenda trampa, llenándole con el temor de Jehová, ya que tiene miedo de errar en todo lo que se refiere a Él. Siendo esto, un vivo dolor a su espíritu y a su alma, constituye a la vez, una muralla constante a su alrededor para guardarle de sí misma.
Aparte de esto, es una joven de lo más normal conforme a su edad; no camina con una aureola, ni con una actitud religiosa, santulona o angelical. Le gusta jugar y compartir la vida con los demás normalmente.
Nosotros, que hemos tenido el privilegio de observar su crecimiento en el Señor bien de cerca, hemos sido edificados e inspirados por la obra de Dios en ella. Él le ha dado tener una vida transparente de tal manera, que no esconde absolutamente nada de nosotros, ni de lo que está pasando o pensando.
Con toda honestidad y transparencia, desnuda su alma. Debido a eso hemos sido desafiados en nuestras propias vidas a tener nuevamente una relación más profunda con el Señor, renovando o dando a entender la suprema importancia de esconderse diariamente con Él, entrando en Su Presencia a escuchar Sus Palabras.
Su crecimiento no ha sido siempre fácil, ha tenido pesada oposición del enemigo, quien directa o indirectamente y en muchas maneras ha venido en contra. Pero el fruto de la obra de Dios en su vida en estos pocos meses ha producido un acercamiento de todos a Aquel a Quien por años hemos amado, y ha vivificado con frescura las escrituras que habíamos leído muchas veces.
Ha producido también una renovación en las decisiones y mayor dedicación a buscarle mientras puede ser hallado.
Habiendo una continuación diaria de estas visiones, será ofrecido más adelante, otro librito que corresponderá a la misma serie.


PRESENTADA A "ELLOS"

Su primera presentación a los ángeles, a quienes llama ELLOS, fue en los primeros días de junio de 1970, de la manera que sigue:
"El Señor me llamó a tener un tiempo a solas con Él. Obedecí y mientras estaba orando, repentinamente vi un grupo de ángeles viniendo hacia mí con Jesús en medio de ellos. Me vi muy pequeña pues eran extremadamente grandes y ¡oh, tan hermosos! Tenían alas preciosas pero estaban en descanso. Todos eran idénticos. Estaban vestidos con un ropaje que parecía ser tramado de luz pura, pero Jesús estaba lejos, mucho más grande que ellos. Brillaban con gran fulgor, irradiando luz gloriosa y resplandeciente. Se movían suavemente con encantadora armonía y gracia y eran dulces y sumisos. Estos ángeles tenían rostros, de alguna manera semejantes a los hombres, pero no exactamente, siendo indescriptiblemente diferentes y mucho más puros y nobles. También Jesús estaba vestido con una túnica de luz, como la de ELLOS, pero era mucho más brillante. No vi nada que me asustara, ni que me causara reacción desagradable alguna, aunque todo era tan diferente e inesperado. Las manos y pies de los ángeles, eran absolutamente agradables, delicados y hermosos. Expresaban amor y gozo, tanto en las miradas tiernas como en su misma presencia.
Durante todo este tiempo, me sentí absolutamente cubierta con amor puro, calor y brillo, todo dentro de mí. Era como un fuego que se consumía en mi interior. Jesús estaba hablándoles, mientras que ellos y yo escuchábamos. Los ángeles no me hablaron esta vez; Jesús sí me habló y entendí todo lo que me dijo. Ellos escuchaban y reían, pero no puedo recordar nada. Después me hizo volver repentinamente a mí misma y estaba tendida en el piso, sintiendo que todo era ardiente y con brillo, con el calor de Su presencia aún sobre mí.


SUS PIES

Pocos días después, aún a principios de junio, estaba orando y, nuevamente en forma repentina, se encontró allí.
ELLOS venían hacia ella y Jesús estaba en medio. Cuando la rodearon, estaba con mucho temor. Jesús le habló diciendo: "No temas". Estas palabras l produjeron una gran paz interior. Lloraba extremadamente y pensaba dentro de sí que estaba perdiendo la razón. Nuevamente le habló Jesús y le dijo: "Paz". Repentinamente, todos los pensamientos que le perturbaban desaparecieron y se encontró a Sus pies llorando. Continúa ella:
"Estaba sentado justo cerca de mí y nuevamente sentí que aquella extraña llama de amor comenzaba a cubrirme y llenarme con gloria y sensaciones más allá de las palabras. Sentí una gran vergüenza de estar allí y de ser tan indigna de ello. Algo parecía empujarme más cerca de Él y sentí tal penetrante deseo de tocar Sus pies. Continué llorando mucho, pero ahora, lloraba de puro amor y adoración que fluía hacia Él. Me dijo que de esta manera me enseñaría muchas cosas. Entonces tomé coraje, expuse mi deseo y pedí permiso para tocar Sus pies. Se sonrió tan dulcemente, con una sonrisa que no puedo describir y dijo: "Sí, puedes". Entonces me moví un poco más cerca y toqué Sus pies, mientras enterré mi cara sobre ellos. ¡Oh, aquel toque! Era como un poderoso impacto, casi insoportable, pero tan glorioso, como una poderosa corriente de electricidad a través de mí. Comencé a sentirme como un trocito de manteca sobre un fuego caliente, como si yo me estuviera consumiendo, pero al mismo tiempo no fui consumida.
Más tarde, el pastor me preguntó si había visto las heridas de Sus pies. Pero no las había visto porque estaba llorando demasiado como para poder verlas. No podía decir una sola palabra, ni siquiera pensar en algo. Jesús empezó a hablar mucho, diciéndome cuánto me amaba y que no necesitaba tener temor alguno, que tendría que acercarme a Él muy a menudo y que ésta no sería la última vez en que me sería dado verle, pero que así me enseñaría durante este tiempo. Estaba consciente de que todos los ángeles me contemplaban, pero no los miré más. Entonces volví a mí misma."

LOS ÁNGELES JUEGAN

Era el 19 de junio. Mientras estaba orando, me encontré particularmente deseosa de saber si los ángeles juegan y cómo ¡Qué ridículo!, pensé, y continué orando. Pero el pensamiento no me dejaba. De pronto, me encontré ALLÍ y con ELLOS. Jesús estaba con sus ángeles, como antes; todos estaban riéndose. Jesús me habló diciendo: "Qué te gustaría preguntarme?". La única cosa en que pude pensar, era en lo referente a cómo juegan los ángeles, pero estaba avergonzada de una pregunta tan ridícula y de tan poca importancia. Pero no podía pensar en otra cosa más. De nuevo Él me habló diciendo: "Prosigue. Pregúntame lo que te agrade". Entonces, tomé coraje y con mucha vergüenza y confusión, le hice conocer mi deseo de saber cómo juegan los ángeles, si es que juegan. Jesús y todos los ángeles rieron, pero no era una risa que me avergonzara. Era una risa de puro gozo y entonces supe que, ni ellos ni Jesús estaban ofendidos. Él rió sin contestarme, pero me mostró otras cosas no relacionadas.
Ya era la hora para el culto de la noche. En un momento de altas alabanzas, cuando todos estaban glorificando al Señor, repentinamente me encontré allí y con ellos. Estaba en un campo muy vasto. Este, parecía estar hecho con algún hermoso paño de algodonadas nubes de luz que vivían, se movían e irradiaban luz. ¡Qué extraño y qué alejado de sustancia alguna encontrada en la tierra! Era un campo tan glorioso. Los ángeles parecían menos gloriosos que hasta ahora, como si se hubieran cambiado expresamente para esta circunstancia. En el culto, me había sentido defraudada porque el Señor no me había respondido nada y ahora, Jesús me habló diciendo: "Dudaste? Nunca debes dudar. Yo escuché tu petición y aquí estoy". Allí había otros ángeles que estaban con Jesús. Ellos no entraron en este juego o pasatiempo o lo que fuera. Jesús nos contemplaba, como un Padre amante mira jugar a sus chicos, pero Él no participaba.
Esta vez, Jesús se reveló a sí mismo en una manera un poco más semejante a lo humano y su forma fue menos impresionante; es decir, menos brillante, con menos muestra de poder, pero al mismo tiempo, muy hermosa, tierna, dulce y amorosa. Las marcas de las heridas de Su pasión fueron claramente visibles, como siempre lo eran y Él las llevaba como si tuviera orgullo de ellas. A mí me parecían crueles y feas, pero Él no estaba avergonzado de ellas, al contrario, eran un gozo para Él.
Repentinamente, me encontré con un grupo de estos ángeles en este vasto campo y ellos comenzaron a jugar conmigo. Con gran ternura y rapidez de vuelo me llevaban en sus brazos por este gran campo, pasándome de uno a otro. Me sentía como si estuviera flotando. Todos reían con mucho placer y gozo. Por un largo rato, a grandes velocidades, cubrían aquel inmenso campo de material extraño, yendo de aquí para allá, de lado a lado, y pasándome de uno a otro, siempre con gran ternura. Me encontré riendo de gozo con ellos. Después de un buen rato comencé a sentirme cansada de tanto ejercicio, aunque yo había sido llevada y flotaba con ellos allí. De pronto, estaba nuevamente en el culto, una hora más tarde. Es extraño decir, pero en ese momento estaba muy fatigada, pero al mismo tiempo tan relajada y con el resplandor de Su amor sobre mí."

LA VISION DE LA CRUZ

El 24 de junio, al ir a orar con una petición especial sobre mi corazón, estaba de pronto en el Espíritu, como en otras oportunidades. Pero, esta vez con mucho temor y angustia de espíritu porque el pastor me había sugerido que pidiera al Señor que me mostrara Su cruz. Estaba temerosa de que esto fuera demasiado pedir y que se disgustara conmigo y no me respondiera. Pero Jesús dijo: "Este ruego proviene de mí, pues yo he deseado mostrarte estas cosas". Aunque estaba avergonzada y asustada por estas palabras, Él calmó mis temores y me dijo que mirara.
En esta primera escena, me encontré llorando muchísimo y dolorida, sintiendo la sensación de muerte a mi alrededor. Tenía la íntima sensación y comprensión de que había sido transportada, atrás en el tiempo, al momento de la crucifixión. Experimenté angustia y dolor y sentí que en ese momento, estaba participando en el acontecimiento mismo de Su muerte, como si yo también estuviera muriendo con profundo e intenso dolor, aunque no físicamente. Era algo bastante parecido a un terrible dolor de amor. Él estaba allí, delante de mí, con todos sus ángeles y yo lloraba mucho porque sentía mucha agonía en aquel momento. No podía ni mirar a Él, ni a ellos.
Estando en esta agonía, vi ante mí Su cuerpo todo destruido y terriblemente mutilado. Su corazón estaba expuesto ante mis ojos y su costado era una herida abierta. La parte que estaba terrible y horriblemente herida era su corazón. ¡Tan torturado! ¡Tan destruido! ¡Tan mutilado! Sin embargo, latía aún. Su cuerpo no estaba sobre la cruz, pero yacía ante mi. A pesar de todas estas terribles heridas, Su corazón latía todavía.
Vi que su corazón desbordaba grandemente con un poderoso amor imposible de describir. Pude ver este poderoso amor fluyendo y fluyendo de aquel corazón horriblemente herido. Sentí que ese amor y este terrible sufrimiento llegó a ser completamente identificado con mi propia persona o ser. Este amor era tremendo, poderoso e intenso, sobrepasando por lejos la capacidad de comprenderlo aún. Mientras le contemplaba y estaba identificada con Él, sintiendo el agudo dolor y profundo pesar de todo esto, vi su corazón dejar, repentinamente, de latir. ¡Este hermoso ser murió! Este tremendo amor dejó de fluir. Ya no estaba más este Ser tan amante y tan lleno de amor. Esto provocó que en lo interior de mi ser hubiera un profundo dolor, perturbación y angustia. Me parecía morir con Él. Y ahora, la detención de aquel corazón, me perturbaba profundamente. Todo aquel amor detuvo su fluir y parecía que el mundo entero se detenía con Él. Nunca, en toda mi vida, ni aún en mis angustias y dolores en el mundo, había sentido tal dolor y tal angustia. Agonía, horror, dolor, angustia de espíritu. Todo parecía haber terminado.
Entonces, repentinamente, me hallé frente a otra escena. Alguien dijo que yo no necesitaba sentir más este dolor y desesperación porque Él estaba conmigo. De pronto, Él estaba allí, ante mí, glorioso, viviente y fuerte. Se acercó a mí y mientras lo hacía, toda la angustia y el dolor huyeron. Sentí como si su glorioso Ser parecía posarse sobre mí y cubrirme con Su amor. Un profundo gozo, extraño y glorioso me llenó hasta desbordar, borrando toda angustia y dolor. Retornó a mí la completa y profunda seguridad de que Él vivía. De su gloriosa PRESENCIA fluyó paz. Él me habló y me dijo que nunca más sentiría el dolor de la muerte y que nunca más tendría que pasar a través de ella como en esta ocasión. En este instante, supe que así como había estado identificada con Él en su muerte, ahora lo estaba con Él en Su vida. Aquel maravilloso corazón de amor por el cual tanto me había afligido, ahora estaba vivo y nunca más moriría.

L L U V I A S

La noche del 8 de julio, estaba buscando el rostro del Señor y volcando mi corazón ante Él, cuando de pronto me encontré allí. En el Espíritu estaba rodeada por una dulce y poderosa fuerza de amor. No sólo me rodeaba, pero me invadía hasta lo más recóndito de mi ser, trayendo un profundo sentimiento de paz, seguridad y bienestar. Me vi rodeada por aquellos hermosos ángeles con sus alas plegadas, irradiando luz y amoroso cuidado. Jesús estaba conmigo en este círculo angelical. Su gloria brillaba alrededor y sobre todos. Jesús era exactamente como lo había visto la última vez. estaba amándome, nada más. Era como estar dentro de una densa, transparente, invisible, pero tangible nube de AMOR puro. Mientras estaba completamente cubierta en esta brillante nube de amor, comenzó a llover.
Llovía, llovía y llovía. Pero, ¡qué extraña era esta lluvia! No era como la lluvia en la tierra, porque no mojaba; era una lluvia celestial. Todo el tiempo que estuve allí, llovió. Las grandes gotas, eran gotas de pura luz cristalina, o como pequeños diamantes que tienen luz y vida en su interior. Ellas caían tan suavemente como pequeñas estrellas. Jugué y jugué con las gotas de la lluvia, tomándolas en mis manos. Aunque cada una me daba una sensación de gozo y placer, mis manos no se mojaron. Aunque tenían sustancia, eran livianas y yo las llevaba en mis manos. Yo reía y reía de puro placer y los ángeles se reían y regocijaban conmigo como si estuvieran gozando mi propio gozo. Jesús me mostró que ésta era su lluvia de bendición.
Más tarde, estaba tan asombrada porque en el culto, aquella noche, hubo una palabra profética concerniente a las hermosas lluvias que Él, aún estaba enviando sobre Su pueblo. Me sentí tan gozosa porque se me había dado ver, sentir y jugar con aquella misma lluvia.

EL CAMINO DE LUZ

El 21 de julio me fue dado entrar otra vez a las esferas del Espíritu. La primera sensación fue de una cariñosa dulzura que me envolvió. Ante mí y aún debajo de mis pies había un sendero de pura luz celestial, que se extendía hasta el límite de mi visión. Era como un rayo de cristalina y armoniosa luz; como aquellos rayos que emanan de Su propia persona. Este sendero de luz, largo pero no ancho, del ancho justo como para mí solamente, cruzaba un profundo y terrible abismo oscuro. La profunda oscuridad que bordeaba ambos lados de este camino de luz, era temible. Estaba muy consciente de que estaba allí, debajo de mí y sabía dentro de mi ser, que era un lugar malo. De todos modos, no me sentí insegura, sino muy protegida porque a ambos lados del camino y formando un arco sobre la cumbre, semejante a un puente cubierto, había grandes, brillantes y hermosos ángeles. Ellos bordeaban el sendero y hacían un túnel para mí con sus cuerpos de luz. eran los ángeles más hermosos que había visto. Se extendían tan alto que no pude ver sus caras, pero sí sentí su bondad, tierno amor y amabilidad cubriéndome.
El camino de luz, con el brillante resplandor de muchos ángeles hizo un tremendo sendero luminoso a través de toda aquella oscuridad que había afuera y debajo de mí. Estaba tan cubierta que ni aún podía ver aquel gran abismo, tan oscuro, debajo mío. No sabía aún, cómo conocía que estaba allí, pero estaba fuertemente consciente de su terrible amenaza debajo de mí. Mientras andaba por aquel camino no sentía temor ni cansancio. Pude ver a Jesús en frente mío. No estaba a mi lado, pero delante de mí en el sendero.
Mientras caminaba, me sentí literalmente cubierta por amor y dulce paz, mientras aquellos seres celestiales brillaban sobre mí. Este camino de luz, era de sustancia real, de la sustancia de la cual son hechas las cosas allí. Aunque era luz, era tangible y sustancial y podía sentirla bajo mis pies. No era como un rayo de luz, sino más bien luz en sustancia. Era una luz viviente pues nada allí está muerto o inerte. Todas las cosas son vivientes. Este sendero era una luz viva y era muy hermoso.

-CONTINUARA...

-Anny Schisler, con su esposo Ken, son pastores en Uruguay. Su usted desea ponerse en contacto con ellos, puede escribirles al Email: ksisler@adinet.com.uy

 

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